La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos (y antigua Presidente del Tribunal Penal Internacional para los Crimenes cometidos en Ruanda), la señora Navy Pillay acaba de advertir sobre la posibilidad de que se estén cometiendo crímenes internacionales en el conflicto de Gaza y ha pedido observadores internacionales.
Si -como se ha publicado en el periódico británico The Guardian- el Presidente Obama y especialmente su Secretaria de Estado la Sra. Clinton, van a acometer nuevos esfuerzos en relación con el conflicto arabe israelí (recordamos los del Presidente Clinton), llegando a hablar con Hamas, no me soprendería que en poco tiempo empezaran a proliferar denuncias contra altos representantes de Israel en países que incluyeran la justicia universal entre sus criterios de delimitación de la jurisdicción. Los crímenes de guerra contra la población civil están sancionados en las Convenciones de Ginebra de 1949, y son de general aceptación entre la comunidad internacional.
El ataque de Israel ha sido indiscriminado, descabellado, demasiado cruento y sobre todo desproporcionado. Atendiendo a la definición que el estatuto de Roma hace de los crímenes de guerra (p.e. art 8.2 a) iv) art 8.2 b)), y observando los hechos acaecidos en este conflicto (p.e. ataques indiscriminados contra la población civil, contra edificios protegidos por la ONU, o contra los servicios de prensa...), no me cabe ninguna duda de que se ha cometido un crimen de guerra; ahora bien ya no estoy tan seguro de que algún país occidental aplique el principio de justicia universal contra Israel considerado aliado occidental. Me temo que estaremos ante una nueva decepción de la legislación internacional
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