El título del post no hace justicia a lo que está ocurriendo en la Fiscalía en materia de nombramientos. No se trata de recordar las cosas tremendas que en su día hizo la AF cuando gobernaba el PP, que yo recuerdo muy bien, y desde luego, no se trata de comparar. Lo que está ocurriendo ahora con Dolores Delgado, decidida a competir por el puesto de peor Fiscal General del Estado que ha habido nunca, no tiene precedentes, por lo menos en la cantidad de nombramientos sesgados. A las plazas de fiscal de Sala que van saliendo, se amontonan peticionarios de la UPF, a sabiendas de que es ahora, o nunca. Mientras, muchos fiscales ajenos a la UPF piensan que para qué pedir nada, si esto está siempre dado a los mismos. Recuerdo aquellas promesas y la fuerza con que llegaron hace cuatro de luchar por la igualdad entre todos los fiscales, la regeneración de la Carrera, y otras cosas necesarias que decían: debutaron renegando de una huelga de fiscales contra el Ministerio socialista por los mismos motivos que habían defendido la misma huelga contra el Ministerio del PP, y de ahí, la Carrera cuesta abajo, aunque eso sí, casi todos ellos promocionados. Las plazas no están dadas en realidad. Las discusiones son intensas: ¿A quien de entre los candidatos de la UPF se va a nombrar ahora? Mérito y capacidad: my ass!
martes, 21 de diciembre de 2021
domingo, 19 de diciembre de 2021
IGNACIO STAMPA SEGÚN SU JUEZ
martes, 7 de diciembre de 2021
ELECCIONES AL COMITÉ DE ÉTICA
viernes, 26 de noviembre de 2021
EL CARTERO LLAMA DOS VECES A LA FISCALÍA
Tras el Consejo Fiscal del martes día 24, donde, entre otros temas, se debatieron las presuntas irregularidades cometidas en la tramitación de las Diligencias de Investigación abiertas contra Ignacio Stampa en primavera del año 2020 y cerradas en febrero de este año, el Secretario Técnico de la Fiscal General hizo un "briefing" con los periodistas para instruirles de algunas cosas, entre otras, decirles que la Fiscal General se había abstenido en todo este asunto y que él había actuado por su propia autoridad. Bien. Lo que queda sin explicar entonces es la base jurídica para actuar que tiene el Secretario Técnico de la Fiscalía General del Estado en relación con este asunto. Si la FGE se abstiene, el siguiente en el escalafón es el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo. El Secretario Técnico es meramente el que recibe el mensaje de la Fiscalía del TSJ de Madrid, sobre la base de la dación de cuenta del art. 25 del Estatuto, un mensaje que debe llevar al Fiscal General del Estado o a quien le sustituya. Pero aquí el mensajero, abre la carta, y la contesta. No solo la contesta, sino que se permite corregir el criterio del Instructor de las actuaciones. Además, retrasa el asunto varias semanas, sin que finalmente el destinatario (Fiscal General o Teniente Fiscal) reciban la carta. El "cartero" además, lo hace dos veces, al menos. Todas las actuaciones de ese "cartero" son realizadas sin competencia estatutaria alguna para ello. Son actuaciones privadas de lo primero que debe tener una actuación de un fiscal, que es competencia. El Secretario Técnico tiene unas funciones muy específicas en el EOMF, art. 16. Esas funciones, salvo delegación expresa de la Fiscal General (algo que él mismo niega que aquí se haya producido), no incluyen dar órdenes, instrucciones, sugerencias o consejos a ningún fiscal en el ejercicio de su función. No es superior de nadie, fuera de su ámbito de competencia.
No entro, aunque debería hacerlo, en la falta de compañerismo de largar de un compañero como Ruíz de Alegría, que no es llamado para dar su versión de los hechos al Consejo Fiscal, aludiendo a las insuficiencias de su investigación. Oiga, que esto no va así. Si la investigación es insuficiente, el Fiscal General o su sustituto, que lo digan y se mojen. Pero no el intermediario. Y, encima, el intermediario, se justifica echando lo que echa sobre un fiscal ejemplar.
Así va la institución en estos tiempos de plomo.
miércoles, 22 de septiembre de 2021
LAS GRACIETAS DE LA FISCALÍA
La Asociación Profesional e Independiente de Fiscales interpuso hace unos meses una demanda contra la Fiscalía y contra el Ministerio por mantener al conjunto de los fiscales sin plan de prevención de riesgos laborales. Parece una tontería, pero de la existencia de ese plan depende que se desarrolle una política de prevención de riesgos que incluyen los riesgos derivados de la sobrecarga de trabajo (por ejemplo, estableciendo límites a la carga de trabajo), o de que las fiscales embarazadas, o los fiscales mayores o enfermos puedan encontrar una adaptación del puesto de trabajo a las condiciones de salud que tienen, o una mínima protección contra el acoso laboral, que en la Fiscalía no está castigado como sanción disciplinaria, lo que permite a la Inspección ciertas licencias inadmisibles en cualquier sistema organizado de derechos laborales. Parece algo elemental, pero la Fiscalía General actúa como si esto no fuera con ellos. Ahora hemos tenido la última gracieta de la institución, que evidencia hasta que punto desprecian las reclamaciones de unos fiscales que quieren ser tratados como los demás trabajadores de España.
La Fiscal Jefe de Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha dirigido a la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional el siguiente escueto escrito:
"Que he recibido célula de citación y notificación de la demanda presentada por la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales en la que aparece como demandada "la Fiscalía General del Estado.
Que a los efectos oportunos comunico a esa Sala que no existe ningún órgano del Ministerio Fiscal con dicha denominación".
En definitiva, les importan muy poco los derechos que desconocen de los fiscales. En lugar de avergonzarse por la situación en que nos mantienen, risitas (y faltas de respeto). Sancionan a fiscales por retrasos sin medir la carga de trabajo que soportan y el trabajo realizado (ya ganarán en los Tribunales, dicen); son capaces de mandar lejos del lugar de residencia de su familia a una fiscal que acredita padecer una grave enfermedad así como su imposibilidad de conducir; son capaces de desentenderse ante una fiscal que les pregunta si ha de obedecer a su jefe que le ordena trabajar durante una baja por embarazo de riesgo; son capaces de mandar a trabajar a toda la plantilla a pesar de estar en medio de una epidemia sin proveer de una sola medida de seguridad... Y hacen gracietas cuando les reclamamos a ellos, como patronal, que nos respeten y que respeten nuestros derechos. Hasta ese punto hemos llegado.
viernes, 21 de mayo de 2021
LA FISCALÍA EN 2050
El Presidente del Gobierno ha presentado al país, con todo el tono solemne de que es capaz, su Estrategia España, 2050. En medio de una pandemia, con la crisis con Marruecos en el centenario de Annual, con el mayor déficit público de la democracia, con un paro que asusta y con una crisis territorial que está lejos de superarse. Pero vaya, el tipo cree que eso es bueno para los españoles, y yo no digo nada. No digo nada, salvo que para España 2050, Sánchez no considera necesaria ninguna reforma para la Justicia. No se lee en el documento nada particular sobre las necesidades de mejorar este servicio público, de cambiar su estructura, de pensar en un nuevo modelo. Como si esto no tuviera relevancia a largo plazo.
Yo también quiero jugar un poquito a este juego. Pienso en dos escenarios para la Fiscalía General. Uno, el de los no cambios. Se alternarán gobiernos conservadores y progresistas y los fiscales conservadores y progresistas se alternarán en el poder en la Fiscalía, recibiendo el poder delegado del Gobierno, con lo que la institución seguirá brutalmente politizada. No cambiarán las reglas de promoción profesional -son satisfactorias lo mismo para 1965 que para 2050-, no habrá mejoras de naturaleza profesional, se acentuará el poder de la jerarquía, y siempre los fiscales tendremos el consuelo de que cuando gobierne el PSOE, la AF será un valladar contra las arbitrariedades de la UPF, y cuando gobierne el PP, será la UPF quien guardará las esencias. Seguirán persiguiéndose a fiscales a través de expediente disciplinarios arbitrarios (a veces a través de actuaciones penales) que normalmente serán revocados por los Tribunales pero que sin embargo mantendrán al colectivo atemorizado. Cada día, desde el cambio procesal que se producirá en 2027, los estatutos profesionales de jueces y fiscales serán más dispares, como dispares serán las retribuciones; para esas fechas la oposición de ingreso será diferente, la discrecionalidad para el ingreso en la Carrera será mayor, seguirá habiendo fiscales sustitutos (o quizá habrán sido ya integrados) de larga duración en plazas a las que los fiscales de Carrera no pueden llegar, no habrá todavía normativa sobre riesgos laborales, y por tanto, tampoco límites a la carga de trabajo, protección a embarazadas, mayores y enfermos, y habrá protocolos para casi todo en el funcionamiento de la institución. Los fiscales, ausentes de compromiso, y quejosos en las cafeterías, seguirán callando en el convencimiento de que nada puede cambiar, pensarán que en 2021 se vivía mejor y esperarán que llegue, como el maná, algún cambio que propicie que los fiscales dejen de ser los funcionarios con menos derechos de la Administración española.
El segundo escenario que yo vislumbro, menos probable pero posible, sería aquel al que se enfrentara una Carrera comprometida con sus derechos y sin miedo alguno al futuro como vehículo para que la Fiscalía preste mejor servicio a los ciudadanos. Así, en 2050, la mayor parte de la Carrera rechaza la politización de dos asociaciones y castiga la arbitrariedad. Exige transparencia y castiga la opacidad. Exige justicia disciplinaria, y castiga (con querellas, a veces) a los jefes que abusan de sus compañeros. Exige decencia en los comportamientos, y censura las infracciones del deber de abstención de quienes votan a amigos o incluso a ex alumnos el Consejo Fiscal. Vislumbro que se acaban los gritos a los fiscales, que se racionaliza el trabajo, que hay movilidad en la Carrera porque la Carrera exige que no pueda haber sustitutos de siete u ocho años en plazas en las que haya titulares con deseo de ocupar. Vislumbro un Fiscal General de Estado que respeta a sus compañeros en lugar de manejar la institución como un cortijo, un FGE que no es nombrado directamente por el Gobierno y un FGE cuyo nombramiento no puede caer en ministros, exministros o personas recién ligadas al ejecutivo, con lo cual la Fiscalía se va despolitizando. Vislumbro una Inspección fiscal para ayudar a las fiscalías y no como lo de ahora. Veo la posibilidad de que se fomente, a través de reconocimiento y mayor retribución, el mérito académico y científico. Veo la posibilidad de que la investigación criminal produzca, desde la libertad y responsabilidad de los fiscales, una Justicia más ágil, y con ello un mayor prestigio de la Fiscalía, de manera que pasarán a ser los jueces quienes defiendan la equiparación retributiva con los fiscales. Veo una Fiscalía con instalaciones modernas, con un volumen de trabajo acotado, con unas asociaciones profesionales que ya no esperan nada del poder político y por tanto se dedican a defender derechos, con medidas laborales contra el stress laboral, con protección de embarazadas, enfermos, con adaptación del trabajo a la salud del fiscal y no al revés, y veo en 2050 que la memoria de la gente que nos ha llevado a la situación actual empieza a avergonzar a quienes 30 años atrás los defendían.
martes, 27 de abril de 2021
PROGRAMA DE ACTUACIÓN PARA LA INSPECCIÓN FISCAL
Reproduzco a continuación el programa de actuación que aplicaré en el caso de ser elegido Fiscal Jefe de la Inspección, plaza convocada por ORDEN JUS/334/2021, en los mismos términos que he adjuntado a mi instancia.
"Desde la Jefatura de la Inspección voy a afrontar los problemas fundamentales que tiene la Fiscalía –y que conozco bien- desde la independencia personal que he demostrado desde mis comienzos como fiscal, y desde el convencimiento de que la Inspección funciona actualmente muy deficientemente si lo que se busca es la mejora de las prestaciones de la Fiscalía.
1. Estoy convencido de que la Fiscalía puede ser mucho mejor de lo que ahora es, y ha venido siendo en las últimas décadas, y que ello tiene que ver (no solo, pero también) con el funcionamiento de la Inspección Fiscal. Por tanto estoy determinado a cambiar las cosas para que la Inspección funcione mucho mejor de lo que lo hace ahora, y sobre todo que lo haga en beneficio de los fiscales, de todos los fiscales y de la función fiscal.
2. Voy a luchar contra la discrecionalidad (o arbitrariedad) en los nombramientos, impulsando desde la Inspección reglas de valoración que aumenten las posibilidades de promoción de los fiscales no comprometidos con ninguna asociación ni con ningún partido político.
3. Voy a dotar de la máxima transparencia al funcionamiento de la Fiscalía, como medio para luchar contra la arbitrariedad, la oscuridad, el miedo y -tal vez- la corrupción.
4. Voy a luchar porque la movilidad en la Carrera sea posible, luchando para que los fiscales sustitutos solo ocupen las plazas que no quieran los titulares (en Madrid, por ejemplo, hay actualmente varias docenas de fiscales sustitutos de muchos años de duración, mientras los titulares no pueden acceder a ninguna de esas plazas), y por que las plantillas respondan realmente a las necesidades existentes de fiscales titulares.
5. Voy a luchar por la implementación de un plan de riesgos laborales para la Fiscalía, algo de lo que la Inspección (y la Fiscalía General) se ha olvidado hasta ahora, impulsando criterios mínimos y máximos de distribución del trabajo para los fiscales, dado que la sobrecarga y el estrés son los principales riesgos laborales que afrontan los fiscales.
6. Voy a dar amparo, como una prioridad, investigando hasta las últimas consecuencias, a las denuncias por acoso laboral o sexual que pudieran hacerse llegar por los fiscales a la Inspección en los casos en que fracase el Protocolo establecido por la FGE, sea quien sea el denunciante y sea quien sea el denunciado.
7. Voy a intentar que los expedientes disciplinarios obedezcan exclusivamente a razones fundadas, acreditadas, en las que el principio de taxatividad se aplique con rigor, y trataré de evitar que se produzcan sanciones que luego puedan ser revocadas en los Tribunales. Los expedientes disciplinarios no pueden tener la pobre calidad, en perjuicio de los fiscales, que se observa actualmente. Para ello hay que construir un sistema disciplinario semejante en garantías al que tienen nuestros compañeros de la Carrera Judicial, algo a lo que tampoco se ha prestado atención alguna desde la Fiscalía General y hay que trabajar desde ahora mismo.
8. Voy a luchar contra el miedo de los fiscales al poder de la jerarquía, miedo causado por acciones de la misma (a veces, acciones disciplinarias de la máxima gravedad; en alguna ocasión, pero gravísima, Diligencias de investigación penal); por la ausencia de consecuencias para los responsables cuando ello se produce; y también por el oscurantismo u opacidad del funcionamiento de la institución. Para reestablecer la confianza con los compañeros, voy a intentar la instauración de una normativa clara sobre las reglas de funcionamiento internas de la Fiscalía con la finalidad de evitar el desorden administrativo que actualmente subsiste en la Fiscalía y a abrir un canal directo de comunicación de los fiscales con el Fiscal Jefe Inspector. Al margen de las tareas de Inspección, viajaré a todas las Fiscalías de España, para ver por mí mismo sus necesidades y hablar con los fiscales en sus propias sedes. Y lucharé, desde ese conocimiento inmediato de necesidades profesionales, para la satisfacción de las mismas, en tanto las aprecie necesarias y justificadas.
9. Voy a exigir el deber de abstención de los fiscales, cuando proceda y cualquiera que sea su posición, con toda la fuerza que tiene el Fiscal Jefe Inspector.
10. Quiero ser, en suma, un Fiscal Inspector garantista en quien los fiscales puedan confiar si la jerarquía de la institución (en cualquier nivel de la misma) se plantea excederse en cualquier forma con los mismos.
Concibo así la Inspección como un órgano de apoyo para la ejemplaridad de la Institución (no solo, ni siquiera principalmente, del Fiscal General del Estado), combatiendo cualquier práctica ilícita o contraria a la ética que debe ostentar cualquier fiscal, y como un órgano privilegiado para hacer que la Fiscalía funcione con la máxima eficacia."
domingo, 28 de marzo de 2021
RESPETO A CARLOS RUÍZ DE ALEGRÍA
Éste penoso asunto del maltrato al fiscal Ignacio Stampa tiene, sin embargo, una luz; alguien que actuó con integridad en el cumplimiento de sus funciones a la vista de la carta que el compañero Stampa remitió a la AF, su antigua asociación, explicándoles lo que le había pasado y que yo tomo como referencia para este comentario. Me refiero a Carlos Ruiz de Alegría, veterano fiscal curtido en mil batallas, teniente fiscal del TSJ de Madrid, buena persona, campeón de ajedrez, inteligente y discreto, como el afectado, que no ha dicho ni pío durante todo el padecimiento que le han hecho pasar.
El 8 de julio del año pasado le asignan a Ruiz de Alegría una denuncia de Vox por revelación de secretos remitida a la Secretaría Técnica, que se interpone contra Ignacio Stampa (y contra otras personas), en la causa conocida como Tandem -equiparable, en mi opinión, por su gravedad en la corrupción a las chapuzas de Strauss y Perlovitz, que terminaron derribando el Gobierno de Lerroux en la Segunda República-. Ruíz de Alegría se pone a investigar, de manera diligente, y ordena recibir declaración a diversas personas, incluidas las mencionadas en los medios de comunicación como contrapartes de los fiscales en el partido Podemos -José Manuel Calvente entre ellos, aunque no pudo declarar por la epidemia- y reclama diversa documentación disponible en el Juzgado sobre los famosos chats del equipo jurídico de Podemos. El día 5 de octubre acuerda, tras la investigación, en un fundadísimo escrito archivar las actuaciones; el Fiscal Jefe del TSJ asume ese criterio y lo remite como propuesta de archivo a la Secretaría Técnica, cumpliendo con lo señalado en el art. 25 del EOMF. Lo hace "para su conocimiento y aprobación", lo que va más allá de la letra del art. 25. ¿Porqué a la Secretaría Técnica? El art. 25 apartado segundo del EOMF dice que los fiscales "pondrán en conocimiento del Fiscal General del Estado los hechos relativos a su misión que por su importancia o trascendencia deba conocer", luego esa comunicación a la Secretaría Técnica, es en realidad a la Fiscal General. Y las respuestas de la Secretaría Técnica son, en realidad, de la Fiscal General porque ninguna jerarquía existe entre la Secretaría Técnica y cualquier Fiscalía territorial.
El borrador de archivo se contesta por la Secretaría Técnica, "sugiriendo"-tal cual-, nuevas diligencias, entre ellas, que declare José Manuel Calvente, que no lo había hecho, y tambien el compañero de Stampa en Tandem, como testigo. Ruiz de Alegría acepta la "sugerencia" (que viene -como digo- de la autoridad de la Fiscal General, por vía de su segundo). Así que practica las nuevas diligencias "sugeridas". Tras la práctica de las diligencias "sugeridas", nuevo archivo de Ruiz de Alegría (23 de octubre), y nueva remisión del borrador del archivo aceptado por el Fiscal Jefe del TSJ de Madrid a la Secretaría Técnica.
Antes de esa fecha, el día 16 de octubre, el Teniente Fiscal del TS, Luís Navajas, había mandado una carta a Stampa y se había disculpado en público por haber hecho unas declaraciones contra él, basándose en informaciones falsas que no comprobó en su día. Todo el mundo, y tambien, lógicamente el Instructor y la Secretaría Técnica, conocían el contenido de esa insólita disculpa. Además, hay un hecho relevante: el día 27 de octubre se celebraba el Consejo Fiscal donde Stampa no es confirmado como fiscal anticorrupción y por tanto, es apartado por la FGE de la causa Tandem, sin ningún apoyo en el CF, ni siquiera de su asociación. Es decir, el Instructor, Ruíz de Alegría, concluyó su investigación antes de dicho CF, perjudicando lo mínimo posible al compañero, pero la Secretaría Técnica, no.
Más de un mes después de tener el borrador del archivo (día 2 de diciembre, las fechas cuentan porque hay un fiscal sometido a unas diligencias de investigación penales que se mantienen vivas únicamente a instancia de la jerarquía), nuevas "sugerencias" de la Secretaría Técnica. Ruíz de Alegría, se niega a practicarlas. Dice, en una resolución, que son "estériles e inútiles para el esclarecimiento de unos hechos que entiendo meridianamente esclarecidos". El día 15 de diciembre, el Fiscal Jefe del TSJ, avoca la investigación, y, en contra de su anterior criterio sobre el archivo de las actuaciones, acepta practicar las nuevas "sugerencias", que como decía Ruíz de Alegría resultaron estériles e inútiles, y finalmente, acuerda archivar las diligencias el mes de febrero (cuatro meses más tarde de lo que quería el instructor). De esa avocación se dio cuenta, como es preceptivo, al Consejo Fiscal, pero no se trasladó al mismo la información relevante de las Diligencias que explicaban la avocación, como había pedido Stampa y le denegó el Fiscal Inspector.
Unicamente con el Decreto de avocación, es decir, de asunción del asunto por el Fiscal Jefe del TSJ de Madrid, al CF le bastó para dar su aprobación. Una aprobación -a posteriori- que había supuesto la continuación de la investigación penal a un fiscal por hechos que el Instructor (y su Jefe, aunque esto no lo sabía el CF), en dos ocasiones, habían querido archivar porque no había elementos de prueba para seguir con la causa, tras practicar incluso las diligencias que le "sugerían" desde la Fiscalía General. Si la intervención del CF se ha de limitar a ver el Decreto que redacta el que avoca, creo que sobra el trámite.
Pero ahora la AF tiene toda la información: ojalá actúen los vocales en el CF y exijan las responsabilidades a que haya lugar, algo que yo, como fiscal, agradeceré sinceramente.
Es evidente que hace falta una regulación mucho más potente de los derechos de los fiscales, una exigencia mucho mayor en el Consejo Fiscal, y una conciencia mucho mayor entre los fiscales de que nuestros derechos profesionales son la garantía de una Justicia mejor y de la salvaguardia de los derechos de los ciudadanos: ayer fue Frago; hoy, Stampa y podía haber sido también su compañero, que se libró de la ignominia por esos azares de la vida, siendo tan inocente como lo era Stampa; pero mañana, cualquiera de nosotros o cualquier otro ciudadano si a la jerarquía de la Fiscalía se le mete eso entre ceja y ceja.
Y además, ante la reforma procesal que propone el Ministerio, me parece claro que con estos mimbres no es posible que la Fiscalía asuma la investigación criminal, porque los ciudadanos perderían ciertas garantías que hoy tienen con los jueces de instrucción. Las avocaciones, tal como están hoy, con las garantías que hay hoy; las "sugerencias" de la FGE, y no órdenes, que es lo que debe dar si considera que hay que hacer algo concreto, asumiendo entonces su responsabilidad; la falta de requisitos en los nombramientos, con poder absoluto del Fiscal General, que hace que todo el mundo sepa que lo mismo te pueden nombrar que te pueden cesar, lo que obliga en ocasiones a comportamientos extraños incluso ante meras "sugerencias" por parte de quienes quieren mejorar profesionalmente en la Carrera; todo ello resulta al final un desastre carente de garantías, no para los fiscales solo, sino para los ciudadanos. Podemos hacernos idea si imaginamos a una Audiencia Provincial revocando un auto de archivo de un Juez "sugiriéndole" la práctica de diligencias, y además, pudiendo echarle o promocionarle en su puesto cada cuatro años. Ridículo, ¿no? Pues esto es lo que ocurre aquí. Y es una lástima, porque la investigación por el Fiscal es, en el terreno de los principios, mucho más garantista que la Judicial. Pero con este Ministerio Fiscal hiper politizado y organizado sin ninguna garantía interna frente al poder de la jerarquía, ni de broma.
De todo esto, sin embargo, Ruíz de Alegría, con un valor -comparado con otros- como el de un espartano en las Termópilas, sale robustecido. Porque está claro que la Institución funciona, en su integridad, como un martillo pilón si se trata de imponer un criterio, incluso si es un criterio injusto o arbitrario. Un martillo que solo puede encontrar como resistencia la actuación profesional de fiscales individuales que obren con el coraje y la integridad necesaria.
lunes, 22 de marzo de 2021
ACOSOS LABORALES EN LA FISCALÍA
¿Podéis creer que me siguen escribiendo y llamando fiscales que afirman ser víctimas de conductas que son claramente acosos laborales? Cuando recuerdo atropellos como los que sufrió aquel compañero y amigo, que fue expulsado de la Fiscalía, ni más ni menos, por el Fiscal General Eduardo Torres Dulce, con el apoyo de nuestros "compañeros" del CF, entre los cuales estaba la fiscal jefe responsable del atropello, sin que nadie se disculpara cuando los Tribunales calificaron la conducta de la FGE de ilegal; cuando recuerdo lo que sufrió nuestra llorada María Jesús Moya, sancionada a dos meses de suspensión por unos retrasos que luego la Justicia acreditó que no eran injustificados; cuando veo lo que ha ocurrido con Ignacio Stampa, maltratado de manera asombrosa por la Fiscalía General ante el silencio de la Carrera; cuando se lo que padeció aquella compañera que tuvo el coraje de enfrentarse con la jefa que le hacía la vida imposible y fue trasladada ella misma por "discrepancias graves" con la Jefatura, sin que la Inspección quisiera investigar lo ocurrido a pesar de fiscales testigos que explicaron lo que sufrieron con la misma persona; cuando todas esas cosas, y otras varias que podría ir desgranando, siguen sucediendo, y cuando el Protocolo antiacoso de la FGE suscita desconfianza porque los acosados no se fían de la institución, está claro que está llegando la hora de que los fiscales tengamos acceso a la Jurisdicción laboral, sobre la base del riesgo laboral agravado que supone no tener un sistema de riesgos laborales en la Fiscalía específico para nosotros. El Consejo Fiscal, mientras, jugando a los carguitos para ti o para mi (¡que pena me da a mi que no le hayan dado nada a un pobre Fiscal de Sala que ascendió por la vía de la Jefatura de la Secretaría Técnica y sin votación en el CF!, mientras los atropellos al resto son constantes a diestra y siniestra). Y algunos Fiscales siguen preguntando: en caso de acoso, ¿que debo hacer? Y yo les digo: de momento, recoger evidencias, copiar las notas ofensivas, los visados vejatorios, apuntar fechas y testigos, perderle el miedo al sujeto que abusa de los demás, buscar ayuda..., y lo más importante, no dejar que llegue el abatimiento o la depresión. Esa gente busca eso, y no lo debemos permitir.
martes, 16 de marzo de 2021
BUENOS TIEMPOS PARA LA UPF, MALOS PARA LA FISCALÍA
Vengo defendiendo que UPF y AF actúan exactamente igual cuando pueden, es decir, favoreciendo a sus asociados, como si las plazas en la Fiscalía fueran un botín o una fortaleza que hay que tomar ignorando a los demás compañeros que aspiran también a hacer carrera profesional. Esa indiferencia por el mérito y capacidad de todos debería estar castigada en el Código Penal. "Cuando pueden" depende del partido que gobierna. Así, cuando gobierna el PP, las cosas son fáciles para la AF, les reconocen sus méritos, su capacidad, se les abren las puertas de las fortalezas, y la vida les sonríe. Cuando gobierna el PSOE, como ahora, pues el CF y la Fiscal General son todo oídos para los méritos de los suyos, de manera auténticamente escandalosa. Es cierto que a veces, en esa tónica de abusos, se pasan un poquito. Por ejemplo, el PP-AF colocó como Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional al más moderno de los peticionarios que era el portavoz de la AF, al tiempo que ascendía una vocal de la AF a la plaza más importante de Andalucía. Fue el famoso CF de la jefatura Anticorrupción, que le vamos a hacer. O ahora, en que desde enero todas las plazas de Fiscal de Sala menos dos (cinco de siete) han ido para la UPF. Un record. Me llega de la AF una información: En la Junta de Fiscales de Sala hay "13 o 14 fiscales de la UPF; 9 o 10 no asociados; y 7 de la AF, y eso a pesar de que en la AF duplicamos en asociados a la UPF". Vaya, es un dato que hay que reconocer, si es verdad, especialmente el abuso de la UPF y el castigo a los no asociados o a la APIF. Pero es que este auténtico fraude profesional que supone el vincular la promoción profesional a la militancia asociativa o política es un desastre para la credibilidad de la Fiscalía. Se habla de imparcialidad, de neutralidad política, se acentúa el rigor las incompatibilidades sobre la base de "el valor de las apariencias" (dice Dolores Delgado), apariencias que no se guardan en otros y fundamentales aspectos de la Carrera profesional. En materia de nombramientos, madre mía la situación en que estamos ahora. Y la Carrera, callada.
Por cierto, que he visto recientemente en un expediente de incompatibilidad, que los vocales informan por Whastapp y sin reunión del CF y sin debate, claro. Y sin transparencia. "Los cuatro estamos conformes con el borrador", dice el Whastapp. Y el trámite de oír al CF -que debería reunirse, claro-, perpetrado.
martes, 9 de marzo de 2021
EL ARTÍCULO 23 DEL EOMF: LA AVOCACIÓN DE LOS ASUNTOS POR LA SUPERIORIDAD
El art. 23 del EOMF dice lo siguiente:
Los miembros del Ministerio Fiscal son autoridad a todos los efectos y actuarán siempre en representación de la Institución. En cualquier momento de la actividad que un Fiscal esté realizando en cumplimiento de sus funciones o antes de iniciar la que le estuviese asignada en virtud del sistema de distribución de asuntos entre los miembros de la Fiscalía, podrá su superior jerárquico inmediato, mediante resolución motivada, avocar para sí el asunto o designar a otro Fiscal para que lo despache. Si existe discrepancia resolverá el superior jerárquico común a ambos. La sustitución será comunicada en todo caso al Consejo Fiscal, que podrá expresar su parecer.
Este artículo en mi opinión es un auténtico despropósito, ya que puede dar lugar a abusos sin reparación. Recientemente he conocido en la Fiscalía dos avocaciones de esta naturaleza, una en Madrid y otra en Las Palmas. La de Madrid consiste en que el Fiscal Jefe del Tribunal Superior asume un asunto en el que un subordinado a cargo del mismo acuerda el archivo. El asunto es complejo y tiene mucha miga. El Fiscal jefe no está de acuerdo, y dicta un Decreto reclamando para sí el asunto para seguir investigando. En lo que a nosotros afecta en este momento, como exige el Estatuto, se comunicó la avocación al Consejo Fiscal meses después de la misma, pero no se les facilitó a los vocales nada más que el Decreto de avocación. Toda la documentación de las Diligencias que dieron lugar a la avocación, al menos aquella relevante para conocer las razones de la misma, le fue hurtada al Consejo Fiscal. De hecho, el Fiscal Jefe Inspector motivó la denegación sobre la base de que era algo innecesario y que se trataba de diligencias secretas, en fecha 26 de enero, sin que hubiera un plante en el Consejo Fiscal por esa denegación. Pues bien, el Consejo Fiscal, solo con el Decreto del Fiscal Jefe y sin más documentación, se muestra por una amplísima mayoría a favor de la avocación, con la sola abstención de un vocal. Así se quita un asunto a un fiscal. ¿Cómo puede el Consejo Fiscal expresar su parecer en un asunto importantísimo si no conoce el contenido del expediente (porque se dice ser secreto, aunque yo tengo muchas dudas), si no sabe si ha habido órdenes superiores -que solo podrían venir de la Fiscal General- para continuar la investigación; o incluso si no se escucha al Fiscal al que se le quita el asunto?. De hecho, lo que se discute en el Consejo Fiscal es secreto, luego diríase que participar del contenido de las Diligencias de la Fiscalía a los vocales para debatir en secreto sobre un tema básico de garantías profesionales, parece que no quebranta ningún derecho de nadie. Y en todo caso, aquí podría haberse preguntado al investigado, que resultaba ser un Fiscal, por si estuviera de acuerdo en que dicha información se suministrara al Consejo. Pero el Consejo, acepta lo que le dan en silencio. Y lo hace porque este órgano desde hace ya mucho tiempo está inserto en la jerarquía de la Fiscalía, participando de sus vicios, abusos y faltas de respeto a los fiscales. Lo hace porque de la jerarquía dependen los nombramientos, esos que en el Consejo Fiscal se votan pero que dependen al fin de no contrariar en demasía a quien manda.
La otra avocación procede de Las Palmas en un caso de la máxima importancia. Como está en tramitación, de momento me callo lo que hay.
A mí me parece que, o se dota de garantías a los fiscales en el ejercicio de sus funciones, garantizando la imposibilidad de que se produzcan avocaciones sin controles, y además se regula el sistema de nombramientos objetivando los méritos (en el asunto de Madrid, el Fiscal Jefe que avoca está con mandato ya vencido), o esto de cambiar el proceso penal para atribuir la investigación al Ministerio Fiscal va a ser una tomadura de pelo política, al servicio de los políticos, construida sobre bases técnicas inobjetables.
Y los fiscales, entre tanto secreto (es escandalosa la información que se suministra a la Carrera sobre los discutido en el Consejo Fiscal), sin percibir el aroma inconfundible que desprende todo esto.