Me escriben varios compañeros para que hable de los tweets de un fiscal de la Audiencia Nacional. La verdad es que no tengo mucho que decir: se trata de un fiscal que respeto, que hace bien su trabajo, que ha mantenido una línea de independencia y que se ha equivocado gravemente al opinar de manera ofensiva sobre fiscales y jueces de modo anónimo, como ha reconocido en un comunicado disculpándose. Si hubiera opinado de mi en los mismos términos, seguramente solo me habría enterado por el periódico, ya que la repercusión de lo que hacía como anónimo era mínima. Y a resultas de todo, el más perjudicado ha sido el protagonista, que ha quedado en evidencia -causando por otra parte gran malestar en la Audiencia Nacional-, al margen de que la Fiscalía actúe o no contra él. A mi de todas maneras me parecen mucho más graves otras cosas que vemos en la Fiscalía sin escándalo alguno.
Quiero felicitar a Jaime Moreno y a Anselmo Sánchez Tembleque por su ascenso a fiscales de Sala. El de Anselmo es un ascenso "a la antigua": un fiscal con una larguísima trayectoria, siempre eficaz, siempre con honestidad profesional, siempre apreciado por los compañeros. En la recta final de su carrera le llega el ascenso merecido, de lo cual me alegro particularmente (especialmente porque el año pasado casi le atropello en el pueblo donde veraneamos los dos). Jaime es un fiscal brillante, gran preparador de oposiciones -como Anselmo- y un buen amigo. Le deseo lo mejor. Y quiero señalar algo que no me acaba de gustar. En el Comunicado de los vocales de la AF sobre el Consejo percibo que estamos igual que antes: los de la AF consideran mejores a los candidatos de la AF, y los de la UPF a los de la UPF y no sabemos -salvo su militancia- que razones hay para esas preferencias. Puede que sea solo una cuestión de este nombramiento concreto (el de Jaime no se votó). Pero aquí se prometió objetividad para todo el mundo y cuando empezamos con los bloques, mal asunto.
Me preocupa mucho más que la cuestión de los tweets y de los ascensos de ayer la situación de la Fiscalía de Madrid. He hablado con un vocal del Consejo que me dice que el FGE acordó paralizar ciertas medidas que había acordado el Fiscal Jefe de Madrid ante el malestar de gran parte de la plantilla y el traslado de una queja de los vocales de la UPF. He defendido aquí que las Fiscalías deben organizarse de manera que la mayor parte de los fiscales estén de acuerdo y a ser posible que trabajen a gusto, sin miedo y con libertad. Y no me gustan, por considerarlas perjudiciales para el buen funcionamiento de la institución, las imposiciones "sin complejos" del principio de jerarquía. La sombra del anterior Consejo es alargada, aunque parece que hay ahora disposición a arreglar algunas cosas.
Me sumo públicamente a la felicitación a los dos compañeros: Anselmo y Jaime, ambos, juristas excepcionales. Para mí es un orgullo compartir -hasta ahora- fiscalía con Anselmo. Cada miércoles en la junta semanal, se abre una ocasión para aprender de su magisterio. Amigo incondicional. Cualquier reto futuro -cualquiera- lo afrontará con brillantez.
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