No se bien el motivo, pero me llegan al correo electrónico con frecuencia comunicados de Jueces para la Democracia. El más reciente habla de Siria. Comparto cuanto dice JD, y pienso en la extrema crueldad de su Jefe de Estado (que debe estar asustado al ver lo que le ocurrió a Gadafi hace unos meses), y también de la familia de ese individuo que está machacando a su pueblo. La lectura de los periódicos y el ver en las noticias de lo que está pasando en Homs resulta aterrador desde hace más de un mes. Ojalá no tenga que ver nunca más una foto de un representante político español dándole la mano entre sonrisas a ese carnicero. Y espero que pronto los crímenes de Bashar El Assad se juzguen en un Tribunal internacional o quizá en su propio país.
Recuerdo que ya está operando el Tribunal Internacional para los Crímenes cometidos en el Líbano, especialmente establecido en Leidschendam (localidad vecina a La Haya) para la investigación y enjuiciamiento -entre otros- del magnicidio del exprimer ministro libanés Rafiq Hariri en 2005, del que fue considerado el régimen sirio uno de los primeros sospechosos (aunque tres años de investigaciones parece que inclinan la responsabilidad del crimen hacia Hezbollah).
Por cierto que el próximo Fiscal Jefe de ese Tribunal es el canadiense Norman Farrell, antiguo jefe de apelaciones y subjefe de la Fiscalía del Tribunal de Yugoslavia y un tipo que era muy apreciado -por su buen trato y preparación- por quienes trabajaban con él.
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