En primer lugar quiero decir que un compañero de la UPF, muy apreciado para mi, me ha venido a contar esta mañana el buen trato profesional, más de compañero que de jefe, le ha dado el FGE en un momento personalmente complicado. Estas cosas se agradecen y no solo por los afectados.
Me están llamando compañeros para que les cuente qué está pasando en la Asociación de Fiscales. La verdad es que no lo se, ya que hace tiempo que no pertenezco a la asociación mayoritaria. Aunque no me puedo llamar amigo suyo, reconozco en Francisco Jiménez Villarejo capacidad y vocación de Fiscal, además de una elegancia personal que seguro que le viene de familia. Ya digo que no conozco los detalles de las razones de su dimisión al frente de la Asociación de Fiscales –aunque es evidente que no ha sido fácil para él-, pero aunque en principio no debería afectar a quienes no pertenecemos a esa asociación, el asunto tiene su importancia. En dos comidas recientes con fiscales, comentando esta cuestión de la dimisión de Jiménez Villarejo, se repitió por diferentes comensales miembros de la AF el siguiente comentario que encierra una preocupación: “¡Precisamente ahora, que ganamos!”, aludiendo al nombramiento del FGE y al dominio de la AF en el Consejo Fiscal. No creo honestamente que el hecho que comento tenga ningún efecto para hacer tambalear la situación de desproporcionado dominio de la AF en la Carrera. Esto parece más un tema de diferencias o incompatibilidades para trabajar juntos que otra cosa. De hecho quedan en la Comisión Ejecutiva compañeros con muchos años de dedicación a la asociación y con las ideas claras; y leo además en la página web de la AF que entra en la Ejecutiva un fiscal –José Hidalgo- que si algo tiene es sentido común.
Pero no deja el asunto de ser relevante para el resto de los fiscales. Por un lado, porque el terreno que más me preocupa en relación a la AF es el de sus relaciones con los partidos políticos, aspecto que se menciona en los comunicados emitidos por el dimisionario y por quienes permanecen: no acierto a adivinar que está pasando en relación a eso. En clave interna de la Fiscalía General la vocación internacional de Jiménez Villarejo y su posición al frente de la AF favorecían quizá la realización de ciertos proyectos expansivos de la Fiscalía que se vienen defendiendo desde la especialidad de relaciones internacionales, aunque cosas como estas no dependen nunca de una sola persona. También habrá que ver como afecta este movimiento interno de la asociación en las relaciones con el Consejo Fiscal y si las tensiones de la Ejecutiva se pueden trasladar a dicho órgano (y eso si que tiene importancia para toda la Carrera). En fin, que lo ocurrido parece –por ahora- un pequeño lío, lleno de pequeñas incógnitas.
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