jueves, 12 de septiembre de 2013
ANTE UN CAMBIO EN EL ESTATUTO DEL MINISTERIO FISCAL
Por mandato constitucional, el Fiscal ha de actuar "en todo caso" con arreglo a los principios de legalidad e imparcialidad. Es claro que no se puede ser imparcial si se depende de alguien interesado en el proceso. Por ello, los fiscales hemos reclamado durante décadas una "autonomía" que nos permita trabajar con libertad en casos en los que el poder pueda estar interesado. Esa "autonomía" es lo más a lo más que llegamos, porque aunque no sea poco, no pedimos, como podría ser razonable, una independencia como la propia del poder judicial, especialmente si consideramos el futuro cambio de papeles en el proceso penal. Además, es mayoritaria entre los fiscales la reclamación de autonomía para el Fiscal General del Estado respecto del Gobierno que le nombra, y no de los fiscales respecto de sus jefes (algo que a mi juicio habría que regular también). Pero esa autonomía del FGE tiene un objetivo que choca estéticamente con la confraternización con el poder político y económico. Todos somos independientes profesionalmente de quienes no tienen poder alguno. La autonomía se reclama respecto de quien tiene poder, especialmente poder político, y se reclama para actuar con profesionalidad, con imparcialidad (y por tanto, con libertad) fundamentalmente en casos de corrupción. No se reclama para que luego no se ejerza, sino para que se actúe con energía en esos casos a que me refiero. Solo eso confiere credibilidad a la Institución. Esa autonomía exige un compromiso de quien la disfruta para combatir el crimen del poderoso. A mi modo de ver -y desde el punto de vista legal- podríamos discutir si está garantizado que si el Fiscal General quiere actuar con libertad pueda hacerlo; pero no está garantizado el obligar al FGE a actuar en sentido contrario a su parecer desde dentro de la Carrera en ocasiones en que profesionalmente se decida que procede. O en otras palabras, se confiere un gran poder a quien dirige el Ministerio Fiscal (con libertad casi absoluta para nombrar cualquier cargo con independencia de méritos profesionales) y se le confiere cierta autonomía (más nominal que real en mi opinión) respecto del Gobierno de turno. Pero nada garantiza -más allá de la honorabilidad o competencia del elegido- la diligencia en su conducta para perseguir el crimen del poderoso. El sistema de elección ya es un obstáculo (pocos políticos españoles elegirían como FGE a alguien en el que no confiaran para que pueda actuar luego libremente contra intereses propios). Pero es que nada garantiza desde el punto de vista interno, de la Carrera Fiscal, que el FGE haya de rendir cuentas, rendir su criterio, o afrontar responsabilidades. Si el Fiscal General decide que no se investigue, no se investiga; que no se recurra, no se recurre. Que no se acuse, no se acusa. Y son cosas que el Fiscal General puede hacer, porque tiene un enorme poder dentro de la institución y en el ámbito operativo de la Justicia. No hay contrapesos internos, no hay mecanismos para obligar a actuar al FGE contra su criterio, ya que siempre éste acaba prevaleciendo. Ello -unido a la discreccionalidad de la que antes hablaba- produce además una sensación de esterilidad entre los fiscales de cualquier defensa de criterios contrarios a la jerarquía: están condenados al fracaso, aunque encuentren solidaridad y afecto entre los compañeros. Puede ser razonable que se le confiera al FGE autonomía respecto del Gobierno y un poder casi absoluto en la Fiscalía; pero ello ha de conllevar una responsabilidad porque ese poder se le confiere con un fin principal, aunque haya otros: para luchar sin ataduras en la delincuencia del poderoso, o en aquellos casos en los que el poderoso tenga intereses. No están reguladas las correcciones internas (en el seno de la propia Fiscalía) a la traicion del FGE a esa confianza que el ordenamiento jurídico le confiere al darle autonomía en su actuación. A mi juicio, al tiempo que hay que proteger mejor la posición del FGE respecto del poder, hay que proteger mejor a la Fiscalía, a la Carrera Fiscal y a la Justicia española de hipotéticas desviaciones en la actuación del FGE. Por supuesto, hago abstracción aquí de situaciones presentes o pasadas. Es esta una reflexión relativa a la posición del Ministerio Fiscal y espero con interés -pero sin mucha confianza- el nuevo Estatuto del que tanto se habla, surgido de la propia FGE, a ver si tiene algo de este razonamiento mío, o no.
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Todas las reformas del EMF han ido dirigidas a reforzar a la rama política de la Fiscalia, la única por la que tiene interés por controlar este y los demás Fiscales Generales, y cuyos miembros no se rebelarán contra quien tiene el poder de nombrarles para ella ... con lo que estamos ante la pescadilla que se muerde la cola. Y a los de la rama laboral, pues, que nos den. ¿O te apuestas algo con que la reforma sea algo diferente a más de los mismo?, recuerda el borrador de reforma del Reglamento... el Reglamento para los Jefes.
ResponderEliminarBrillante reflexión. Dicho esto también te digo que dudo mucho que te hagan caso, ni un poquitín. Los jefes son sagrados y el Fge no deja de ser el jefe Supremo. No funcionan los sistemas de control internos, me refiero a los ya establecidos, se supone que con alguna finalidad, y a nadie le interesa que funcionen. Y si algo tan sencillo como esto, creado para tratar de mantener un estándar mínimo de calidad en la respuesta al ciudadano y a la sociedad, no funciona lo que planteas suena como a ciencia ficción. Y como digo no hay interés en cambiar las cosas. Es muy triste pero real.
ResponderEliminarSomos un Estado débil, democrático solo de nombre y para nada de derecho, salvo para las elites, y la Fiscalia no es sino fiel reflejo del régimen al que sirve. Yo no esperaría reforma efectiva alguna
ResponderEliminarQueremos seguir viendo a la cúpula como la fuente de todos los problemas pero ¿Qué hacemos los de abajo? ¿Qué alternativa vamos a presentar al próximo consejo? ¿Vamos a dejar que AF y UPF se repartan, para variar, el pastel y más látigo para el resto durante 4 años?
ResponderEliminarTampoco yo soy nada optimista ante un Estatuto que viene de quien ha usado el vigente hasta más allá del límite de lo razonable. Anónimo último, de nosotros -los fiscales- depende, porque lo que comparto contigo es el diagnóstico.
ResponderEliminar¿Y por que van a cambiar las cosas?. A la mayoría de Fiscales os va de vicio, ver sino las resultas de las últimas elecciones a vuestro Consejo Fiscal. Llegáis a la nueve al despacho, o más tarde si podéis, os vais a las tres, o antes, que para eso no os controla nadie. Hacéis el trabajo que os han asignado aprovechando vuestra antigüedad, si la tenéis, el peloteo o amistad con el Jefe, a nada que este entienda que así tiene contentos a los chicos que le interesa, el que os toca por novatos, ¡qué ya subiréis en escalafón!, o el que por vuestra oportuna afinidad y filiación con el mando político de turno os toca por haber podido ocupar una de esas, vetadas para la mayoria, rimbombantes Fiscalias de Sala anti esto o anti lo otro, o unidades de apoyo, ánimo, claqueo, que os habéis ido creando, puras cascarás de nuez, solo fachada. No tenéis que preocuparos por la calidad de vuestro trabajo, que haceis como podeis o quereis, nadie os exige ni controla, se os gratifica si hacéis un poquito más de la media aunque el contenido de vuestros extractos y calificaciones sea cutroso. Cobráis a fin de mes, algunos más que bien. ¿Y los principios de legalidad y seguridad jurídica?, ¿y el respeto a los derechos de los ciudadanos e, incluso de los Fiscales?, pues de adorno en el despacho, como frase rimbombante de algún jurista, preferentemente muerto, en cuadro, junto a los diplomas de cursos que no sirven para nada, o la foto de esa juerguecilla que os pegasteis, a costa del contribuyente, en el último bolo al que asististeis en Mariñan, Budapest, o Tantakistan. Eso si, en algún café o aperitivillo, en hora laboral por supuesto, en alguna cena de grupo, acalláis vuestra conciencia con alguna queja o protesta, os rasgais las vestiduras diciendo lo mal que va todo, o que malo es el Jefe, para, eso si, cuando llega la Junta o la hora de protestar... ponerse de perfil, callarse, disimular, mirar al techo... ¿Y el compañero, pirado, que protesta, se queja, disiente, recurre, alega, propone cambios, o se sale de esta dinámica?, pues risas, murmullos, desprecio, listas negras, vacío, o el mazazo de la alta inspección a nada que te descuides, como ha pasado recientemente, !con lo que les fastidia levantarse de sus asientos en Fortuny para ocuparse de banalidades!. Todo eso con buen rollete, mucha camaradería, sonrisas, y compañerismo... Hasta qué os tocan vuestra juzgadito o el lote chollo que os habéis currado, momento es que montais en cólera, eso si muy dignos y formales.
ResponderEliminarYa lo siento, por lo que me toca, pero así se os ve y así os lo cuento
Ciudadano X (miembro del Sindicato de Cónyuges-víctimo y Conyujas-víctima de Miembros-Miembras de a pie de la Carrera Fiscal)
Este último comentario me parece profundamente injusto con la profesionalidad y entrega de la mayoría de fiscales de este país. No se puede generalizar, hay cerca de 2500 fiscales, cada uno distinto en un colectivo que es muy variado y plural, desde luego yo ( y muchos fiscales que conozco ) no me siento nada representado en esa descripción, con mis defectos realizo mi labor de modo totalmente opuesto a como dice ese anónimo en su comentario, lleno de tópicos por cierto.
ResponderEliminarLamento discrepar Salvador. Soy fiscal de provincias y es así. Gente que llega a las 10 o más allá, pero el jefe más tarde aún, repartos arbitrarios de la productividad (los de menores siempre la ganan), no se persigue la corrupción, etc etc. Fuera de nuestra carrera nos ven fatal. Yo ya digo que soy funcionario a secas, no entro en muchas disquisiciones. Algún ciudadano o abogado te puede tener puntualmente en buena consideración pero vamos, damos asco.
ResponderEliminarCiudadano nos ha clavado, por mucho que alguno se empeñe en no querer ver la pedazo viga que tiene en el ojo y niegue la mayor al grito de ¡mira la paja que lleva ese otro!, o se repita una y mil veces ¡no, no no soy/somos así!.. Al final, y he estado, en más de una Fiscalia, se repiten los perfiles de los Fiscales Tipo, que no son más que cuatro o cinco. De todos modos si la crítica externa la respondemos tachándola simplistamente de falsa, o tópico o demagógica, o no queremos ver o estamos conforme con ser así, y entonces pues ¡viva las caenas!
ResponderEliminarManuel, percibo en Ciudadano X mucha más tristeza y amargura que animadversión hacia los fiscales. Claro que es injusto generalizar de esta manera; muchos fiscales -la mayoría- tienen condiciones de trabajo muy difíciles y lo peor de todo, sin esperanza de mejorarlas.
ResponderEliminarA lo mejor lo veo de manera voluntarista, pero imagino que a ese anónimo le gustaría -como a mói y como anónimo último- que las cosas fueran mejor; que la fiscalía en su conjunto fuera una suma de ilusiones y de vocaciones profesionales y no como ahora el resultado del cumplimiento de normas internas. Que diéramos una imagen digna y que se viera a nuestra institución como un instrumento de lucha contra el delito conectado con las necesidades de la sociedad. En todo caso, pronto veremos si hay gente que tiene ganas de cambiar las cosas, o no. Un saludo
Manuel, de lo que cuenta Ciudadano, dinos algo que no sea verdad, que sea exagerado, demagógico, o un tópico. Dime que ningún Fiscal con los que trabajas presenta rasgo o rasgos alguno de ese perfil.. Y, por favor, dime en que Fiscalia curras que me voy para ahí mismo.
ResponderEliminarYa salió el corporativismo. Pues nada, sigan así.
ResponderEliminarHace 795 días (12 de julio 2011) que envíe escrito al Excmo. Sr. Fiscal Inspector Jefe de la Inspeccion Fiscal denunciando a mi Fiscal Jefe Provincial por Incumplimiento de las ordenes emanadas del Fiscal General del Estado recibidas en la forma establecida en el Estatuto Organico del Ministerio Fiscal y falta de consideración continuada hacia mi persona de su parte, sin que hasta ahora haya tenido a bien ni siquiera hacer acuse de recibo de mi escrito. Si tiene dicho, recientemente, el Consejo Fiscal, por unanimidad, al que no olvidemos pertenecen el Fiscal General del Estado y el Fiscal Inspector Jefe, que el art. 110 del Reglamento del Estatuto del Ministerio Fiscal es de "dudosa vigencia", si, tiene dicho la Inspección, que el art. 47 no es de aplicación a alegaciones contra decisiones, ordenes, o indicaciones no jurídicas por parte de los mandos, y vistas las modalidades que algunos compañeros han usado para mostrar sus discrepancias contra órdenes relativas a su actuación jurídica como Fiscales, ¿significa esto que el art. 27 del Estatuto del Ministerio Fiscal también es de "dudosa vigencia?,o, lo que es peor, ¿estigmatiza al fiscal que recurre el hecho de plantear sus discrepancias por las vías internas del Ministerio Fiscal?, ¿hemos de acudir a la jurisdicción ordinaria para defender nuestros derechos como ciudadanos y fiscales?, ¿va la reforma del EMF y el futuro Reglamento encaminada a consagrar una especie de obediencia debida para los integrantes del Ministerio Fiscal en relación a las órdenes e indicaciones que reciban de sus mandos?, ¿se nos va a instaurar un régimen disciplinario o de recursos semejantes al del estamento militar?, ¿nos van a obligar a acudir a las diversas jurisdicciones ordinarias a defender nuestros derechos?, ¿se va a consagrar una estigmatizaron de aquel al que se le ocurra alegar contra el funcionar de la Carrera?, ¿esperamos con interés el nuevo estatuto como señala Salva o, visto como se ha venido en regular el consejo general del poder judicial tenemos que empezar a temblar?. ¿O todo va bien y yo he perdido el oremus?
ResponderEliminarNo, Luis, no todo va bien; al revés, las cosas van mal, muy mal. Y dos años largos para que te contesten a una reclamación que debería ser tramitada con urgencia es una prueba de ello.
ResponderEliminarSinceramente el compromiso de muchos fiscales con su función es mínimo. Anónimo primero q creo saber quien eres, tu discurso reiterado te delata como la fijación con el jefe,cumplir estándares de calidad y demás. El bla bla bla nada resuelve si no se da un paso al frente construyendo y no solo criticando, aportando y haciendo autocrítica
ResponderEliminar¿Construyendo como se ha construido hasta ahora?, una Fiscalia pseudo feudal y de la que el ciudadano de a pie no se fía. Recuerdo los últimos trípticos y pasquines que presentaron las victoriosas asociaciones mayoritarias en las últimas elecciones y la autocrítica y las aportaciones reformistas brillaban por su ausencia... claro que sí para algunos proponer reformas al régimen actual es meró bla, bla, bla, nada tengo que decir... siento ofenderos.
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