lunes, 28 de abril de 2014

EL CONFLICTO DE MADRID

El Consejo Fiscal, según nos dicen tanto los vocales de AF como de UPF, no ha votado en favor de suspender la entrada en vigor de la nueva organización de trabajo diseñada por el Fiscal Jefe de Madrid, pese a que una abrumadora mayoría de fiscales de esa Fiscalía votaron en contra y casi un centenar pidió al Consejo Fiscal que lo hiciera.   Los vocales de la UPF se mostraron a favor de la posición de los fiscales de Madrid, y los de la AF en  contra.  Los de la AF, expresan "su preocupación" por la situación pero creen que el Consejo Fiscal no puede solucionar la cuestión por "el limitado ámbito del art. 14 del Estatuto", al igual que el FGE considera que la distribución de trabajo no admite recurso según el art. 24 del EOMF.   Se lanza por la AF una carga de profundidad contra el anterior fiscal jefe (ahora vocal del Consejo) apuntando deficiencias detectadas en una Inspección a la Fiscalía de Madrid en 2013, cosa que niega la UPF.  Total, que los fiscales de Madrid se tragan (eso si, con gran preocupación por parte de los vocales del Consejo Fiscal) el reparto de trabajo con el que no están conformes.   Principio de autoridad y de jerarquía puro y duro.

¿Es este estado de cosas razonable?  Nadie ha preguntado a los fiscales de Madrid a quíen querían como Fiscal Jefe.  Nadie les preguntó por los proyectos de organización que iban a tener que realizar ellos.   Se les impone un Jefe sin preguntarles si les gustaba o no el que tenían y un programa sin que ellos hayan podido decir que les parece.   Y ahora se les dice -por sus representantes en el Consejo- que con gran preocupación eso si, nada se puede hacer aunque quienes están en Madrid consideren que el sistema los lleva al desastre y perjudica el servicio y la conciliación de su vida familiar.   Todo ello tras la eliminación de un buen número de fiscales sustitutos que aumenta sus cargas de trabajo.     ¿No se da cuenta nadie que con estas medidas se somete a los fiscales, no se les convence, no se pacta con ellos, no se negocia?  ¿No se dan cuenta los vocales de la AF que la preocupación suya tiene una vertiente de frustración para los fiscales que sostienen la mayor Fiscalía de España?  ¿Creen que con "su preocupación" mitigan esos efectos?

En el post anterior me hacía eco del parecer de todos los vocales del Consejo, en un informe remitido a un fiscal de Las Palmas -para desestimar su queja sobre distribución de trabajo- de que naturalmente que tenían facultades para revisar las distribuciones de trabajo en casos de "falta de equidad" (art. 110 del Reglamento).   Si eso es así, ¿como es posible que si la inmensa mayoría de la Fiscalía se opone a un sistema de trabajo digan ahora los vocales que no pueden hacer nada, con gran preocupación, naturalmente?  Están protegiendo de manera objetiva a la jerarquía en un enfrentamiento con los fiscales de a pie.    Y son nuestros representantes.    No es exclusivamente que pueda haber desigualdades en la distribución del trabajo lo que debe atender el Consejo.  Es básicamente el hecho de que la Fiscalía funcione peor, con muchos fiscales agraviados al tener que salir de donde están o no poder ir donde aspiran a ir por razón de unos baremos creados ad hoc por la jefatura.   Es la calidad del trabajo no sólo en la cantidad donde deben entrar los vocales del Consejo Fiscal y donde hay que buscar la falta de equidad.

Estoy mucho más aquí con la posición de los vocales de la UPF, que reclaman un nuevo Estatuto; y creo que es de sentido común que si una distribución de trabajo aparece con 135 votos en contra y tan solo 20 a favor, la cuestión ha de abordarse no solo "preocupándose" mucho en el Consejo sin hacer nada, sino actuando en favor de la abrumadora mayoría.   Aunque el jefe pertenezca a la asociación de la mayoría en el Consejo.    Y quiero rendir tributo a los numerosos fiscales de Madrid, que en lugar de pasar y aceptar con resignación lo que les den, se preocupan -ellos de verdad- por el servicio, se preocupan por su consideración de fiscales más que de peones, y luchan -en vano, según parece, pero "preocupando" mucho al Consejo- ante sus representantes en el Consejo en defensa de sus opiniones.

El curso para aprender los fiscales a defendernos en vía administrativa y jurisdiccional que organiza la APIF en julio parece que es más necesario que nunca.

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