El título del post no hace justicia a lo que está ocurriendo en la Fiscalía en materia de nombramientos. No se trata de recordar las cosas tremendas que en su día hizo la AF cuando gobernaba el PP, que yo recuerdo muy bien, y desde luego, no se trata de comparar. Lo que está ocurriendo ahora con Dolores Delgado, decidida a competir por el puesto de peor Fiscal General del Estado que ha habido nunca, no tiene precedentes, por lo menos en la cantidad de nombramientos sesgados. A las plazas de fiscal de Sala que van saliendo, se amontonan peticionarios de la UPF, a sabiendas de que es ahora, o nunca. Mientras, muchos fiscales ajenos a la UPF piensan que para qué pedir nada, si esto está siempre dado a los mismos. Recuerdo aquellas promesas y la fuerza con que llegaron hace cuatro de luchar por la igualdad entre todos los fiscales, la regeneración de la Carrera, y otras cosas necesarias que decían: debutaron renegando de una huelga de fiscales contra el Ministerio socialista por los mismos motivos que habían defendido la misma huelga contra el Ministerio del PP, y de ahí, la Carrera cuesta abajo, aunque eso sí, casi todos ellos promocionados. Las plazas no están dadas en realidad. Las discusiones son intensas: ¿A quien de entre los candidatos de la UPF se va a nombrar ahora? Mérito y capacidad: my ass!
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