martes, 7 de diciembre de 2021
ELECCIONES AL COMITÉ DE ÉTICA
El Consejo Consultivo de Fiscales Europeos, creado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa en 2005, en su Informe número 13 sobre Independencia, rendición de cuentas y ética de los fiscales (de imprescindible lectura), establecía una serie de líneas en las que debería desarrollarse el conjunto de reglas éticas a que deben someterse los fiscales en el ejercicio de su actuación, y entre esas reglas se apuntaba la necesidad de ser y parecer imparciales en sus decisiones, ser transparentes, evitar conflictos de intereses y cuando exista el riesgo de que eso ocurra, abstenerse en la toma de decisiones; debe evitarse realizar actuaciones políticas que comprometan la imagen de imparcialidad, añadiendose que los fiscales deben ser protegidos frente a las desventajas que pueda causarseles por el respeto a las reglas éticas inherentes al cargo.
En la Fiscalía española, yo veo constantes inconsistencias en el funcionamiento de la institución en relación con dichos principios: el reciente caso Stampa es un caso palmario (se extiende una investigación penal a instancias de quien no es superior del Instructor y se declara reservado ese modo de actuar, incluso para que el Consejo Fiscal se pueda pronunciar con conocimiento de causa, y ello con la complacencia de la Fiscal General del Estado, que se permite considerar "difamatorias" las alegaciones de quien se defiende en los Tribunales de la actuación de la jerarquía). Hay más ejemplos: no abstenerse cuando se debe hacer; nombramientos de amiguetes sin considerar el mérito, o adaptando el mérito exigido al que tenga el favorecido; visitas al Fiscal General antes de los nombramientos; asistencia a palcos por parte de fiscales con habitualidad; recepción de financiación de entidades privadas (algo parecido a aquel "querido Emilio"), o candidatos que aspiran a puestos desde el mismo Consejo Fiscal, entre otras prácticas que deberían ser excluidas de una institución que se respetara a si misma y fuera consciente de la trascendencia de su importancia en la vida de los ciudadanos.
Ahora hay una oportunidad de ir cambiando las cosas, a través del Comité de Ética, cuyos componentes van a ser elegidos por los fiscales. Cada uno debe reflexionar qué es lo que quiere en ese Comité que puede tener importancia como contrapeso o puede ser un órgano completamente inútil dependiendo del acierto en la elección de los compañeros que deben formar parte del mismo. Yo apoyo a dos desde el convencimiento de que hay que cambiar muchas cosas en esta institución: Santiago Sánchez y Ricardo Montesrej. Es mi elección, con todo respeto por los demás aspirantes. Pero yo quiero luchar por cambiar las cosas y conozco a esos dos compañeros y se que no se van a conformar con lo que hay, sino que lucharán por cambiarlo.
Los próximos meses van a ser muy importantes para la Fiscalía si se camina en la buena dirección.
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