Las elecciones al Consejo Fiscal acaban como siempre: seis vocales de la AF y tres de la UPF. La distancia entre ellos se mantiene, pero se acorta la que hay entre la UPF y la APIF. Siendo eso así, la felicitación a los compañeros ganadores es obligada y sincera. Ojalá este Consejo se distinga por la transparencia, por respetar los derechos (fundamentales y no fundamentales) de los compañeros, por ser exigente frente al FGE y por tratar a todo el mundo por igual en la Fiscalía. Si lo hacen así habrán prestado un servicio grande a la causa de la Justicia.
Quiero agradecer el apoyo de casi 500 fiscales a la candidatura APIF. Es para estar muy agradecido, y para encontrar un gran consuelo en la derrota electoral. Es difícil competir con asociaciones mucho más implantadas, que tienen a fiscales jefes en casi todas las fiscalías. Y a pesar de todo no hemos estado lejos. Muchas gracias a todos.
He servido como fiscal sustituto en tres fiscalías distintas, es decir, sin derecho a voto, y solamente pudiendo asistir a las juntas de fiscalía cuando al jefe le apetezca, con voz pero sin voto...
ResponderEliminarPues bien, siempre he visto votar a todo el mundo a la asociación a la que pertenecía el jefe, e incluso que la gente se afiliaba a dicha asociación para evitar problemas con el referido cacique, digo jefe...
Vamos que es como la democracia orgánica de Franco, que se llamaba así pues el jefe hacía lo que le salía de los referidos atributos.
Visto que pronto habrá más caciques (0 jefes), que indios (o fiscales), y que los intereses que se defienden no son idénticos, sino contrapuestos, pienso que los estatutos de las asociaciones no deberían permitir la pertenencia a las mismas de los fiscales jefes, fiscales de área, inspección fiscal, secretaria técnica, por supuestos jefes provinciales y superiores, fiscales de sala, etc., y que en todo caso se agrupasen en otra asociación distinta, para la defensa de sus derechos e intereses legítimos... Hoy por hoy, estar todos juntos en un total revolutum, es un sinsentido, pues los fiscales normales y corrientes lo único que queremos es librarnos del excesivo poder de los jefes, y ellos en cambio a lo que aspiran es a conservar, y si es posible aumentar, su poder...
ResponderEliminarY así, de paso, se evitaría que la gente se acabe afiliando a la asociación a la que pertenece el jefe respectivo, para evitarse problemas.
Parece que os ha dado el bajón, pues no veo ni nuevos artículos ni comentarios recientes... Una derrota es una victoria...demorada.
ResponderEliminar¿Para cuándo se decidirá el señor Gallardón a ejecutar la Sentencia FIRME de la Audiencia Nacional, reintegrando al Ilmo. Sr. Fiscal, don Juan Antonio GRACIA AMADA a su plaza en La Coruña? Me sorprende mucho la pasividad, el pasotismo y el desinterés por los graves problemas profesionales, sociales, económicos, etc., que esta situación le ha provocado y sigue creando...?
Una profesión que no defiende sus derechos, y es incapaz de luchar por sus intereses legítimos, no recibirá el apoyo social que a sí misma no se da. Y hoy por tí, mañana por mí.
Yo creo que el editor del blog está descansando y realizando tareas que postpuso a la campaña
ResponderEliminarPerdón por ser tan reiterativo, pero sigo pensando que no se pueden mezclar churras con merinas...
ResponderEliminarLos jefes tienen intereses distintos, por no decir contrapuestos, a los de los fiscales de a pie, o de las trincheras, y tendrían que agruparse en una asociación aparte, para la defensa de sus derechos e intereses legítimos.
Esa es mi opinión.
Se evitaría así, además, que los fiscales se afilien a la asociación del jefe, para evitarse problemas, pues nadie suele jorobar a sus compañeros.
Respecto al nombre, tengo varios, pero creo son ellos mismos quienes deben elegirlo, caso de constituirse en asociación.
El único problema que veo, es que tal y com evoluciona la plantilla de la Institución, y ante la proliferación de jefes, de todo pelaje y condición, esa asociación puede acabar siendo mayoritaria dentro de la Casa.