domingo, 30 de septiembre de 2018

UN SÍNTOMA TERRIBLE

El asunto de la opositora que aprueba judicatura y tras una serie de incidencias acaba como fiscal tras haber sido ampliada una plaza para ella a la que no pudo opositar nadie más, es un síntoma terrible de como funcionan las cosas en la Justicia en España.   Se dice por algunos que no se debe hablar del asunto porque el padre de la joven es el encargado de enjuiciar el caso del Procés catalán y por tanto no hay que debilitar su posición.  Si este asunto me causa desazón por alguien más que nada es por ella: ella   aprobó la oposición y por tanto su formación no es lo que está aquí en cuestión.   Pero yo creo que hay aclarar esto antes de que empiece el citado juicio porque hay demasiadas dudas sobre lo ocurrido, y el argumento de no debilitar al Juez no me convence.  Si la posición del Juez se debilita por estas razones, hay más jueces.   Oiga, si todo está bien, pues todo está bien y no pasa nada, y yo deseo de corazón que todo esté bien.  Pero las dudas sobre la posibilidad de un abuso de poder o un trato de favor en la Justicia, antes de afrontar un juicio de esa naturaleza no va a ayudar nada a la credibilidad del Tribunal ni a la paz social que una sentencia bien dictada debe producir.  Vamos a ver, en España los magistrados del TS (y los fiscales  indirectamente también) son elegidos por el Gobierno y por los partidos de poder a través de su influencia en el CGPJ.   Ese sistema español es perverso porque en asuntos que afectan a los intereses de quienes nombran la credibilidad del Tribunal y del Ministerio Fiscal aparece lastrada.   Es la politización de la Justicia, de la que se benefician PP y PSOE y jueces y fiscales afines, y que nos reprochan en toda Europa.    Hay que acabar con ello, naturalmente.   Pero si encima aparecen sombras nada genéricas el asunto se agrava.   La UPF ha pedido por la ley de Transparencia datos sobre el tema, como en su día lo hicieron otras asociaciones de jueces.   Creo que tienen razón, y que este asunto no debe dejarse pasar.   Las personas acusadas de delitos contra el Estado en Cataluña (que son españoles, que pagan sus impuestos y que tienen todos los derechos procesales garantizados por la ley) sólo pueden ser condenadas con dos previas condiciones elementales: que se pruebe que hayan cometido esos delitos (antes les ampara la presunción de inocencia), y además que no haya sombra alguna de duda sobre las circunstancias del enjuiciamiento.   Tras eso, si se desvirtúa la presunción de inocencia, pues a responder.  Pero antes, hagamos los deberes bien.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

RENOVACIÓN DEL CGPJ

Hace falta una Justicia que no ofrezca ningúna tacha de imparcialidad objetiva.  Los tiempos (y las instituciones internacionales) parece que nos lo demandan con toda claridad.   No es necesario seguir el camino de la Justicia afín a los partidos políticos, de la Justicia de políticos togados o togados políticos, de la Justicia de jueces progresistas o conservadores, de la Justicia de los afines o de los adversarios.  No hace falta que quienes han de juzgar en las más altas instancias sean elegidos por los partidos políticos, y además, la experiencia ha demostrado que acaba resultando una mala idea en la lucha contra la corrupción y también en otros temas que afectan a intereses políticos.   Hace falta una Justicia con apariencia de imparcialidad y eso solo puede producirse si el objetivo es ese y se trabaja para lograrlo, no si se procura controlar políticamente la Justicia.   A mi me parece increíble que con los años que llevamos evidenciando el fracaso del sistema, dos partidos políticos decidan que a ellos (y a sus Jueces afines) les viene mejor mantener a un CGPJ bajo su control político, y se salgan con la suya.

Puedo entender que en los años 80 el PSOE en el Gobierno desconfiara de una jerarquia en la Justicia que había hecho su carrera profesional en la Dictadura.   Pero treinta y tres años despues esto es una cuestión pura y simple de controlar políticamente el Poder Judicial restringiendo su independencia y su imparcialidad, juego al que se sumó con entusiasmo el PP y que no ha corregido el PSOE. 

Dentro de unas semanas sabremos el nombre de la persona elegida como Presidente del TS y del CGPJ, antes sin duda -no recuerdo un Consejo en que no haya ocurrido así- de que se conozca el nombre de los vocales que habrán de elegirle.   Con ello esos vocales, que obedecerán en su PRIMERA gran decisión, nos mandarán el mensaje que llevamos recibiendo desde 1985: en el CGPJ mandan dos partidos.

Ese CGPJ que ahora será elegido habrá de designar durante su mandato más de 40 magistrados del TS; habrá de nombrar a la generalidad de los Presidentes de los TSJs, Tribunales que conocen de los juicios de aforados autonómicos; habrán de designar a magistrados del TC, contaminando también a ese órgano; deberá gobernar a los Jueces y Magistrados, y deberá emitir numerosos informes de indudable trascendencia pública.   Luego querrán que todo esto salga gratis en orden a la credibilidad de nuestra Justicia.  Pero no sale.  Si la cúpula de la Justicia no es creíble por aparente falta de imparcialidad objetiva, Houston, tenemos un problema.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

HAY QUE IR A VER A PEDRO SÁNCHEZ

Hace unos meses, antes de que la moción de censura a Rajoy aupara al líder del PSOE a la presidencia del Gobierno, los representantes de los jueces y los fiscales fueron a ver a Sanchez que en aquel momento ofrecía su apoyo a las reivindicaciones económicas de estos colectivos.  Ahora, desde el Gobierno, se remolonea ya que Hacienda esto, Hacienda lo otro, la Mesa de negociaciones para fines de mes, que la Justicia Digital, bueno se estudiará, y tal y tal.  Ahora, para asombro de propios y extraños, es el PP quien se muestra con su nuevo líder muy proactivo con jueces y fiscales, hasta el punto de ofrecerse para colaborar en nuestras reivindicaciones, acompañado ni más ni menos que del Ministro reprobado Catalá, dando así la imagen de cambio en la Justicia que era de esperar.  A mi me parece que tanto Sánchez como ahora Casado buscaron y buscan mejorar su imagen pública ofreciéndose desde la oposición para arreglar problemas que desde el Gobierno no consideran prioritarios o sencillamente no quieren resolver.  Pues bien, creo que hay que ir a Sánchez ahora, cuando está en el Gobierno.  Recordarle lo que nos dijo: tenéis nuestro apoyo en vuestras reivindicaciones económicas.   Exigirle que de pasos para despolitizar la Justicia y que proporcione medios suficientes para trabajar con dignidad.  Y exigirle que cumpla.   Y si no lo hace, o no recibe a las asociaciones, que todo es posible, actuar con él con la misma contundencia que en los últimos tiempos con el reprobado Catalá.