Hace falta una Justicia que no ofrezca ningúna tacha de imparcialidad objetiva. Los tiempos (y las instituciones internacionales) parece que nos lo demandan con toda claridad. No es necesario seguir el camino de la Justicia afín a los partidos políticos, de la Justicia de políticos togados o togados políticos, de la Justicia de jueces progresistas o conservadores, de la Justicia de los afines o de los adversarios. No hace falta que quienes han de juzgar en las más altas instancias sean elegidos por los partidos políticos, y además, la experiencia ha demostrado que acaba resultando una mala idea en la lucha contra la corrupción y también en otros temas que afectan a intereses políticos. Hace falta una Justicia con apariencia de imparcialidad y eso solo puede producirse si el objetivo es ese y se trabaja para lograrlo, no si se procura controlar políticamente la Justicia. A mi me parece increíble que con los años que llevamos evidenciando el fracaso del sistema, dos partidos políticos decidan que a ellos (y a sus Jueces afines) les viene mejor mantener a un CGPJ bajo su control político, y se salgan con la suya.
Puedo entender que en los años 80 el PSOE en el Gobierno desconfiara de una jerarquia en la Justicia que había hecho su carrera profesional en la Dictadura. Pero treinta y tres años despues esto es una cuestión pura y simple de controlar políticamente el Poder Judicial restringiendo su independencia y su imparcialidad, juego al que se sumó con entusiasmo el PP y que no ha corregido el PSOE.
Dentro de unas semanas sabremos el nombre de la persona elegida como Presidente del TS y del CGPJ, antes sin duda -no recuerdo un Consejo en que no haya ocurrido así- de que se conozca el nombre de los vocales que habrán de elegirle. Con ello esos vocales, que obedecerán en su PRIMERA gran decisión, nos mandarán el mensaje que llevamos recibiendo desde 1985: en el CGPJ mandan dos partidos.
Ese CGPJ que ahora será elegido habrá de designar durante su mandato más de 40 magistrados del TS; habrá de nombrar a la generalidad de los Presidentes de los TSJs, Tribunales que conocen de los juicios de aforados autonómicos; habrán de designar a magistrados del TC, contaminando también a ese órgano; deberá gobernar a los Jueces y Magistrados, y deberá emitir numerosos informes de indudable trascendencia pública. Luego querrán que todo esto salga gratis en orden a la credibilidad de nuestra Justicia. Pero no sale. Si la cúpula de la Justicia no es creíble por aparente falta de imparcialidad objetiva, Houston, tenemos un problema.
Agradecida, Sr. Viada, por defender y difundir la imparcialidad de la justicia en las altas magistraturas, que todos vemos que no funciona independientemente de la politica. Los ciudadanos solemos ser tratados como tontos, y en cambio usted presenta los problemas como son. Gracias por su trabajo
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