miércoles, 6 de marzo de 2013

FISCALES JEFES: ¿CONFIANZA O LEGALIDAD?

El artículo 41.5 del Estatuto es el que permite el cese de fiscales jefes y otros con cargos de responsabilidad.  Ese párrafo ha sido modificado en varias ocasiones, pero conserva la esencia de la redacción original del Estatuto en lo que era el artículo 41.    Las exigencias para el cese son pocas y sobre todo son formales: el FGE ha de oír al Consejo Fiscal, al interesado (que tiene la opción de renunciar antes, art. 41.4) y al Fiscal del TSJ -entiendo que cuando la remoción sea a instancia de este-.  Y ya está: se propone el cese al Gobierno, que decide.  Pueden pasar muchas cosas, pero lo esencial es que al final, el cese no está asociado a una infracción legal o disciplinaria.  Es una cuestión de confianza.   Yo creo que ahí se puede trabajar mucho.   Por un lado, porque si se busca mayor autonomía respecto del Gobierno, éste no debería poder hacer otra cosa que lo que le dijera el FGE.  En segundo lugar, porque si lo que se busca es dar mayor autonomía a los fiscales en su función (la instrucción ha de requerir gestos en ese sentido), la cuestión habría de desplazarse de la "confianza" a la "legalidad".   Hágase un catálogo de sanciones adecuadas, previstas en la ley con antelación, actívense los mecanismos de la Inspección para actuar con celeridad, y dese al afectado un trámite para defenderse efectivamente: no simplemente "ser oído", además de una posibilidad de acudir a la vía jurisdiccional a defender sus derechos frente a un cese injustificado.   Yo creo que hemos hecho mucho esfuerzo -baldío, ciertamente- en intentar que el Consejo Fiscal actúe con transparencia, que se considere el mérito y la capacidad en los nombramientos y que se elimine la influencia política o asociativa en ellos.  Pero claro, si se contrastan todos estos estériles esfuerzos en la línea de los nombramientos con lo fácil que es cesar a un jefe, hay que concluir que en la Fiscalía española todo jefe y muchos tenientes fiscales están en tal condición porque gozan de la confianza del FGE.  Al hilo de una carta que la UPF ha mandado al FGE, me pregunto, ¿eso está bien?  ¿Es que no basta con las renovaciones periódicas? A mi no me parece imprescindible este estado de cosas para mantener la unidad de actuación de la Fiscalía, francamente.  Y modestamente, preferiría que hubiera más espacio para acogernos a la protección de la ley en nuestras funciones.   Quizá ahora, que es tiempo de cambios, pueda hacerse algo al respecto.

2 comentarios:

  1. Sin embargo, nada está previsto respecto al cese de los Delegados (p. ej. violencia genero, seguridad vial, etc), siendo los "cargos" más blindados de la Carrera. Un saludo desde Coruña

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  2. La carta abierta se está convirtiendo en un género propio de la Fiscalía en los últimos tiempos.

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