El Presidente del TSJ de Madrid, un tipo prudente y nada dado al catastrofismo, ha presentado las cifras de causas pendientes en los Juzgados y Tribunales de la Comunidad Autónoma y las ha calificado de "muy, muy preocupantes". Hay que darle la razón, porque las cifras revelan algo que sabemos los profesionales desde hace lustros: que esto no funciona bien. Y no es porque aquí no se trabaje y se trabaje mucho: hace un par de días estuve en un antiguo juzgado mío, saludando a mi antigua juez: más de 8000 previas al año; pasé luego por la Fiscalía de delitos económicos a saludar: las mesas de los compañeros -fiscales jóvenes con gran ilusión- eran para asustar y los armarios no cerraban de las causas que tenían.
Pero lo que a mi juicio es "muy, muy, muy preocupante" es la actitud de quienes gobiernan la Justicia en España: dedicados básicamente a parar huelgas o preocupados por sus retribuciones básicas. La oposición, claro, está mas preocupada con las consecuencias de los casos Gurtel y otros que de abordar seriamente esta cuestión. Esto hace ya mucho tiempo que exige un Pacto de Estado, una reforma procesal penal en profundidad y mucho dinero.
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