domingo, 27 de febrero de 2011

A VER SI ME TOCA A MI

La mayoría de los Fiscales de plantilla tenemos legítimas aspiraciones profesionales. Los años van pasando , nuestro sueldo va mermando a causa de la crisis, y la carga de trabajo en los Fiscales de base se va haciendo cada vez más pesadas.
Soñamos, a menudo, con destinos más cómodos y mejor remunerados, o con desempeños profesionales que se nos antojan más interesantes por tratar de materias especializadas. Por ello nos planteamos concursar a estos destinos cada vez que se ofrecen públicamente
Sabemos que en la carrera Fiscal no se observan las más elementales garantías de derecho público constitucional: los cargos están afectos a un servicio de interés general , los salarios se pagan con los impuestos de los ciudadanos; y sin embargo no se especifican en la oferta los requisitos para el puesto, no se publica por el Consejo Fiscal las razones para desestimar las candidaturas, sólo sabemos que se adjudican en virtud de un “ equilibrio ideológico” con el argumento de “idoneidad” que nunca significa discrecionalidad en su sentido técnico-jurídico
No obstante, no protestamos , al fin y al cabo nuestro sistema nos ofrece una senda mucho más fácil que el esfuerzo personal. Total, simplemente se trata de afiliarse a alguna de las dos asociaciones mayoritarias, ser muy amable con las personas que aparentan ostentar el poder de decisión dentro de las mismas, , llamarles mucho por teléfono y visitarles, y tratar de convencerles, con nuestra actitud, de que siempre acataremos con sumisión el status quo .No plantearemos problemas
Nunca reaccionaríamos como el Foro Judicial Independiente, nunca provocaremos escándalos ni siquiera comentando esta noticia
Al final, a pesar de todos nuestros desvelos, descubrimos que los concursos se resuelven y siempre se adjudican al mismo grupito de compañeros, que van prosperando de un destino postinero a otro, avanzando en círculo cerrado.
Entonces nos sentimos frustrado y nos quejamos, siempre sin discutir las reglas del juego y sin escandalizar como han hechos los jueces.
Todo ello a pesar de que en nuestro fuero interno sabemos que así NUNCA NOS VA A TOCAR

5 comentarios:

  1. Atrapados entre la estructura politizada de la Fiscalía y unos comportamientos inadmisibles por parte de algunos compañeros o grupos de compañeros, el conjunto de los fiscales está paralizado. Quiero pensar que es la desconfianza hacia todo y hacia todos lo que nos impide reaccionar, y no el miedo. Porque ha habido tiempo ya para que quede claro, como dices en tu comentario, que todos sabemos en nuestro fuero interno lo que hay, sin esperanza de que las cosas cambien espontáneamente.

    Me ha gustado mucho tu comentario, María Jesús.

    ResponderEliminar
  2. Es lo que pasa cuando la política dicta el curso de la justicia, cuando, de modo increíble y por motivos que se me escapan compañeros de larga trayectoria profesional, con fama de buenos Fiscales, deciden poner un cierre deshonroso a su, en principio, honrada carrera, accediendo a los mandos y dirección de esta convertidos, eso sí, en una burocracia obediente cuyos hilos controla el superior político de turno. Así, nos encontramos con unos Jefes laxos y negligentes, más pendientes de no molestar a los políticos para asegurarse renovaciones o nuevos puestos en el staff de la FGE, sin ningún propósito firme en aras de mejorar la Fiscalía, a los que siguen una tropa o desmoralizada o que pronto aprende lo que hay que hacer para medrar y prosperar en la Carrera. Lo peor es que sabedor de que las convicciones sin acciones carecen de sentido se me acaban las ideas de por donde tirar y cada vez mas me veo como una mosca cojonera que se resiste a tolerar el mal que nos envuelve en nuestro trabajo, gruñendo todo el día, siempre cabreado, antes de amoldarme al “sistema”, contemporizar con el, o admitir la derrota….. claro que también es posible que esté partiendo de un error de base y, como dice una de esas frases típicas de calendario, el problema es que es difícil volar con las águilas cuando trabajas con pavos

    ResponderEliminar
  3. Mi entrada está llena de fe y de esperanza
    La inmensa mayoría de los fiscales somos profesionales honestos y cívicamente formados. Mi intención simplemente ha sido la de romper el tabú impuesto por medio del silencio
    Es siempre lo mismo desde que el mundo es mundo: la verdad se silencia y se sustituye por una ficción de interés particular
    Si nos acostumbramos a llamar a las cosas por su nombre, comenzaremos a progresar

    ResponderEliminar
  4. ¿fe?, ¿esperanza?, en tu entrada, María José, lo que hay es mucha, pero mucha caridad. Eso o yo no he tenido suerte y, salvo honrosísimas excepciones, no me han caído esos profesionales honestos y cívicamente formados. Salvo que sea de honesto y cívico aplicar el principio de jod... a los nuevos, como, dicen, les jod... a ellos antes, con la promesa de que cuando lleguen nuevas promociones las podremos jod... nosotros. Principio del que, además, se aprovechan varios sustitutos eternos, de esos que han hecho de la sustitución una carrera, la mejor, visto lo visto, dentro de la judicatura patria. No se, haré por creerte y buscaré alguna otra Fiscalía en que currar, una donde sea excepcional el “compañero” que te suelte eso de “si me caigo del escalafón te aplasto, muchacho”.

    ResponderEliminar
  5. Lo que yo quiero decir es que aunque el sistema no disgusta, somos muchos, y no sólo los que escribimos en este blog, los que deseamos que las cosas cambien.
    Quiero pensar que poco a poco nos iremos dando cuenta que así no podemos seguir y que tenemos que procurar entre todos que las cosas cívicamente mejoren

    ResponderEliminar