lunes, 20 de septiembre de 2010

¿LACAYOS?

Un reputado catedrático de derecho constitucional de la Universidad Complutense acaba de publicar un artículo oponiéndose con firmeza a la investigación de los delitos por parte del Fiscal español, y utilizando palabras de grueso calibre sobre la Fiscalía española. ¿Somos los fiscales españoles -como afirma el ponente- "meros lacayos del poder ejecutivo"? A mi modo de ver, no. Una cosa es que yo creo que la influencia del poder político en España es excesiva sobre la Fiscalía y también sobre el Poder Judicial, y otra dedicar palabras que pueden ofender a los fiscales, para reforzar una argumentación que se ve huérfana por otra parte de datos. Hay fiscales que se colocan a si mismos en una posición de proximidad partidista (a veces PP, a veces PSOE, a veces a los dos), de la cual sacan a veces tajada. Pero la mayoría, no. Y los poderes del FGE, que puede ser un "lacayo" o no serlo -dependerá de cada uno- se limitan mucho en relación a los asuntos concretos, si los fiscales cumplen con su deber. En todo caso, tenga razón o no el citado profesor, lo cierto es que a efectos prácticos lo que habría que hacer es crear las condiciones para despolitizar (quitando influencia partidista) la Fiscalía. Pero eso no se defiende por el catedrático, en línea con los enemigos de la investigación del Fiscal en España. Parece que dijeran que bueno, para lo que hace el Fiscal ahora, vale que se quede como está. No estoy de acuerdo. Para lo que hace ahora el Fiscal, la influencia política es devastadora en cuanto a su imagen. Y habría que solucionar esto ya. Y también el espectáculo que nos brindan diariamente las terminales partidistas en el CGPJ debería sernos evitado.

Por cierto, que tampoco se dice nada en el citado artículo sobre la falta de garantías que supone para el sospechoso el que quien le investiga (y le pincha el teléfono o entra en su casa o le mete en prisión) sea quien ha de ser garante de sus derechos. ¿Eso no ha de preocupar tampoco?

5 comentarios:

  1. Lo que si es cierto es que la carrera Fiscal está desprestigiada por la fuerte sujeción operativa a los dos partidos políticos en el poder. El nombramiento del Fiscal General lo hace el gobierno de turno y sabemos desde 2003 todos los nombramientos, hasta los mandos intermedios de la carrera, se hacen por amigismo o por afinidad a uno de los dos partidos mayoritarios. según los criteros de adjudicacion de las dos asociaciones mayoritarias
    También sabemos que los asuntos "políticamente sensibles" se sustraen al fiscal de plantilla y se encomienda a un fiscal afín

    Aunque es injusta la crítica del artículo para la mayoría de la carrera, nadie protesta por mejorar las cosas

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  2. Anónimo, es terrible lo que dices, pero creo que tienes razón en muchos casos. La experiencia ha demostrado que las asociaciones no han sido suficientes para neutralizar el subjetivismo en los nombramientos, y que muchas veces han servido de coartada para poder hacerlos, o incluso para poder depurar a compañeros. Se han politizado también. Pero aceptar esa anomalía del sistema como algo natural, que impide la mejora de nuestra justicia, creo que ha de ser denunciado. Todo el que en España no quiere cambiar nada, manteniendo así el desastre de Justicia que padecemos, se agarra a ese hecho de la politización de la Fiscalía, sin reclamar, por supuesto su reforma.

    A veces hay tanta hipocresía que me acuerdo de aquel rabino alemán: "no puedo comer tanto como me gustaría vomitar".

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  3. La visión del catedrático es dura pero no sé si errada . Parece que prevalece la jerarquia a la imparcialidad y legalidad y sólo unos pocos se atreven a discrepar de las ordenes de los superiores, la mayoria apechuga.En esos términos no se puede asumir la responsabilidad de la instrucción penal.

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  4. Bueno, no se. Es como si dijeras que el sistema entero ha de condenarse a seguir fracasando, en lugar de garantizar la imparcialidad del Fiscal en esos casos (relativamente pocos) que ofrecen dudas. Por otra parte, eso de que "la mayoría apechuga" tampoco es algo fácil de probar. La mayoría apechuga con unas condiciones de trabajo muy duras y con unos nombramientos de jefes muchas veces discutibles. Pero que eso se traduzca en que "la mayoría apechuga" con órdenes ilegales o improcentes (art. 27 EOMF), me parece un exceso. La realidad, no especulación, es que el sistema del Juez de instrucción, anónimo, es un completo desastre desde su planteamiento teórico y desde su funcionamiento efectivo: 1.200.000 asuntos penales pendientes en 2008, te recuerdo. ¿Que hacer entonces? ¿Nada?

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  5. Ay, Ay, Ay, Salva, que sí que va a ser que algunos "apechugan", pero en mi opinión, no sólo los fiscales, también algunos jueces de instrucción, que a veces dejan colgada-como la toga- su imparcialidad. Sin embargo, estoy contigo en que el juez de instrucción tal y como se entiende actualmente en España, es incoherente como tal en la garantía de los derechos del acusado. Por otro lado, creo que el artículo de este Catedrático, destila más posicionamientos políticos que análisis jurídicos y , aunque está en su derecho de abordar esta cuestión desde esa perspectiva, echo de menos el rigor científico -que se le presupone-. La instrucción por parte del fiscal, al contrario que a este Catedrático, a mí no me chirría, porque pienso que introduciría una garantía más en el proceso penal, aunque suene contradictorio. Así, el juez de garantías, podría dedicarse a lo que es más propio de su profesión y olvidarse de otras cosas...Saludos.

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