miércoles, 6 de octubre de 2010

REFLEXIONES SOBRE LOS JUECES

Yo saqué en su día, hace muchos años, la oposición de Juez. Estoy muy orgulloso de pertenecer, siquiera en excedencia, desde entonces a esa carrera. Pero no me gusta nada la deriva que va tomando parte de la judicatura española desde hace tiempo. Veo muchos desmotivados (acabo de tener una conversación con un viejo amigo mío, magistrado del supremo, molesto con el "ninguneo" que padece la Carrera), descontentos, justamente irritados por las últimas reformas y rebajas, y también creo que muchos están estupefactos de ver la baja estima que en la sociedad hay por su trabajo, muchas veces muy por encima de lo exigible. Hay razones para todo, pero un poco de autocrítica, quizá; un poco tratar de verse de otra manera no estaría mal. Los jueces son piezas esenciales del sistema de libertades, pero no las únicas piezas esenciales. Ha pasado hace mucho tiempo la hora en que su respeto, su afecto o su consideración les venía dado por el hecho de ostentar el cargo. Hoy, en medio mundo (salvo los países anglosajones, en gran medida) el Juez es un servidor de los ciudadanos. Y su respeto, su afecto y su consideración se gana individual y colectivamente a través del modo en que se responde a las necesidades de los ciudadanos. El discurso (que oigo en algunos conocidos representantes de los jueces) de que "yo (nosotros) somos independientes y neutrales y por eso soy (somos) la garantía de la ley" tiene que venir acompañada de humildad, de trabajo, de falta de notoriedad, de llaneza, de discreción y de vocación de servicio. Pensar, por ejemplo, en el más de 1.150.000 causas penales pendientes, es un buen ejercicio. Y por supuesto, si además viniera todo ello compañado de neutralidad política (asociativa e individual) todavía mejor.

1 comentario:

  1. De vuelta del verano y en pleno periodo de desenzulamiento veo, con lamento, que me he perdido entradas muy interesantes, me gustaría haber aportado en ellas alguna reflexión pero, en fin, supongo que habrá oportunidad de volver a alguna de ellas. No quiero, sin embargo, dejar pasar la oportunidad de mandarle ánimos a “Nuevo en esto”, algunas de cuyas entradas animan a seguir dando caña por mejorar la Carrera, aunque le auguro malos tragos en el futuro pues, desgraciadamente, su mosqueo está plenamente justificado y cargado de causas objetivas para ello.
    Entrando en el tema de esta entrada he de decir que el problema de los Jueces es que las razones de su disgusto en vez de encaminarlas hacia los causantes de su malestar, o de plasmarlas ante la sociedad para que las conozcan han sido usadas para denigrarnos a los Fiscales, a los que, en cuanto puede, tachan de títeres del ejecutivo. En fin, no se de que van, ni que es lo que les meten en el coco en su Escuela Judicial, si se que un binomio Juez-Fiscal bien engrasado, coordinado, y con buen rollo palia muchos de los defectos de nuestro sistema judicial, logrando que ambos desarrollen eficazmente lo que, no olvidemos, es su labor de servicio público. He sufrido-gozado de ambos lados de la cama de las relaciones con los Jueces y tengo claro lo que prefiero, alla ellos si siguen creyendo que su problema y enemigo principal es el Fiscal.

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