LA HUELGA DE LA APM

Tengo la impresión, por lo que he visto, por lo que leo y por lo que me dicen por ahí, que esta huelga no puede ser considerada como exitosa en tanto que medida de presión.  Un 23 por ciento de seguimiento es, más o menos, lo que representan los asociados de la APM en la Carrera Judicial.   Muy poco, en mi opinión, para demostrar un descontento tal que lleve a la huelga a los jueces, y de menor seguimiento e impacto que la que convocaron FV y el Foro Judicial en febrero.   El problema es que esas actuaciones sin consenso, cuando no triunfan, se vuelven contra quien las convoca y perjudica la posibilidad de futuras huelgas.   Yo creo que la huelga -que tiene un perjudicado inmediato, que es el ciudadano- solo debe utilizarse como medida última y en asuntos cruciales para la Justicia; no por la creación de unas plazas más o menos que además no se van a poder cubrir con el cuerpo de opositores.   Por eso tampoco he entendido muy bien el apoyo de la AF, sin convocar a su vez a la huelga.  Especialmente porque "la penosa situación de la Justicia" viene de muy atrás -sin que a nadie se le haya ocurrido ponerse en huelga- y además no va a solucionarse con las medidas que proponen los jueces en esta ocasión (simplemente, más plazas y la agenda de señalamientos), sino con reformas mucho más profundas que quizá no fueran a ser aceptadas por los ahora huelguistas.  Yo opino que si el Ministerio hace caso a la APM y triplica o cuatriplica  las plazas de jueces a crear y lo hace sin tocar el procedimiento penal, tenemos crisis hasta el siglo XXII.   Me parece más sensato lo que ha hecho la mayoría de jueces y fiscales españoles: esperar a ver si el Ministerio se gasta lo que dice que se va a gastar, y en qué se lo gasta.  Luego, ya hablaremos.