DESENCANTO

Hace unos días me topé con un fiscal ya veterano.  Un poco de conversación para darme cuenta del profundo desencanto que tenía con la profesión, con la Justicia.   Desconfía de los compañeros, repudia a la AF y a la UPF por las mismas razones que yo, lamenta el sectarismo existente y desconoce (casi) a la APIF.  No tiene ninguna esperanza de que nada cambie y está cansado de esperar.      Creo que se equivoca ese compañero, aunque tenga mil razones (pasadas y presentes) para justificar su estado.   Pero uno no puede dejar de luchar, de intentar cambiar las cosas que están mal, aunque sepa que eso es difícil que ocurra.   Porque aunque no lleguemos a ver ese cambio si podemos inspirar a otros que puedan mantener su rebeldía.    Si podemos dar ejemplo.   Han habido grandes fiscales maltratados en su momento, con decisiones contra ellos que no podían explicarse desde un punto de vista profesional, y que sin embargo no se han apagado, no se resignaron, no cayeron en el desencanto y continuaron con la lucha y dando ejemplo.   La vida da muchas vueltas para cada uno y cada uno tiene su punto de vista; pero yo creo que la lucha por una buena Justicia no es una cosa de una generación.   Y los buenos ejemplos ayudan mucho.