Según el Ministerio de Justicia la AF cuenta con 375 asociados, constituyendo el 17,21% del total de fiscales. La UPF cuenta con 214 asociados, lo que significa un 9,82 por ciento de los fiscales españoles. Creo que estas cifras son necesarias para valorar el documento que encontramos en la página web de la AF, con el título "Rendimos cuentas". Creo que hay que agradecer el esfuerzo de la AF para justificar su actuación, ya que en la página de la UPF no se encuentra nada parecido. Pero aún así, el documento de la AF a mi me parece tremendo porque no se dan cuenta (estoy convencido de la buena fe de sus redactores) de lo que han hecho con las plazas más importantes de la Carrera; de lo que están haciendo con la Carrera Fiscal. Veamos:
Para las plazas de Fiscales de Sala la AF apoyó en un 40 por ciento de las plazas a sus asociados; la UPF en un 79 por ciento de los suyos.
Para las plazas de Fiscales del Tribunal Supremo y Constitucional, la AF apoyó en un 43 por ciento a sus asociados y la UPF lo hizo en un 72 por ciento de las ocasiones a los suyos propios.
Para las plazas de Fiscales Jefes de TSJ, la AF apoyó en un 33 por ciento de las ocasiones a sus candidatos y la UPF en un 42 por ciento.
Y para las de Fiscal Jefe de Audiencia Provincial la AF apoyó a sus candidatos en un 58 por ciento de las plazas, y la UPF lo hizo a los suyos en un 40 por ciento.
Esa es la rendición de cuentas que hacen, al tiempo que defienden que "hemos valorado a cada candidato únicamente por su mérito y capacidad, por su aptitud para la plaza que solicitaba, pero nunca por su vinculación asociativa." A mi me dan ganas de reir, la verdad. Y ¡ojo!, lo de la UPF -si son ciertos los datos que la AF proporciona sobre ellos- es mucho peor. Creo que la Fiscalía ha estado atrapada entre dos asociaciones que han hecho que el FGE resulte a la postre el mas equilibrado de todos.
Pero con ser grave lo anterior, lo peor a mi modo de ver, es que han apartado al Consejo Fiscal de los fiscales. Hoy me llegan noticias de fiscales que no saben si ser vocal significa vivir en Madrid o que ignoran si pueden votar. Las asociaciones presentes en el Consejo Fiscal han preferido la opacidad, la falta de transparencia y de información. Hace unas semanas nos han negado (oído el Consejo Fiscal) las actas del Consejo sobre la base de la reserva de las mismas. Ese ejercicio que ha hecho la AF ahora (y que tenemos que agradecer de corazón porque es la primera vez que se hace) tiene que hacerse obligatoriamente después de cada Consejo; debe informarse plaza a plaza sobre quien concursa y a quien se vota y porqué. Pero han preferido (todos, AF, UPF y FGE) el secreto. Así tenemos ahora la jerarquía que tenemos en la que la gran mayoría de altos cargos y jefaturas están en manos de asociados a esa minoría que son la AF y la UPF, juntos apenas el 27 por ciento de los fiscales de la carrera.
ser asociado no puede ser un merito pero tampoco un demerito, y un no asociado ni es necesariamiente un indpediente ni es un merito profesional
ResponderEliminarA mi me hace gracia del documentos que al final dice : "otras asociaciones" (así, en plural potencian el nombramiento de sus asociados a los cargos, pero que ellos no lo hacen..., como si hubiera más asociaciones en el Consejo Fiscal aparte de la AF y la UPF ... Lo cierto es que las cifras cantan y que las dos asociaciones se han estado repartiendo las Jefaturas (y no solo en los últimos 4 años), alegando ahora (ya lo he oido decir a algún miembro de la AF) que "es lógico, porque en la parte más alta del escalafón están nuestros asociados".
ResponderEliminarAhora tenemos un momento mágnifico para diversificar el voto... es esencial que en el nuevo Consejo haya independientes o asociados de la APIF; que los habrá de la AF es seguro, de la UPF seguro también en menor número, pero unos cuantos consejeros que no sean ni de una ni de otra obligarán a que este extraño fenomeno deje de producirse... porque mira que es casualidad que los más aptos para todos los cargos estén siempre asociaciados en una de las dos...
ResponderEliminarDiversificar la procedencia de los Vocales del Consejo es un primer paso, conditio sine qua non para muchas de las reformas que hemos apuntado en este foro a la hora de la elección de los mandos de la Carrera, por ejemplo, o, como apunta Salvador para acabar con el secretismo de sus deliberaciones, asimiladas a las del mismísimo Consejo de Ministros, en un claro desprecio a comunicarnos a los Fiscales lo que hacen en el puesto al que accedieron con nuestros votos. Pero yo iría mas allá y apuntaría a la necesidad de que repensemos la función del Consejo, su formación y modo de actuar. Ya no son los tiempos en que se legisló el EMF, el Consejo ya no es un Órgano asesor del FGE, ya no tiene una mínima participación en nombramientos de Jefaturas que eran eternas y que venían marcadas por el sacrosanto criterio de la Antigüedad. Estamos en una época en que la política, en la peor de sus acepciones, el politiqueo, contamina el nombramiento mas nimio en esta Carrera, en que las Asociaciones tradicionales se revuelven contra todo lo que pueda ir contra lo “tradicional”, en el que con estadísticas “de parte” se quiere presentar como ecuanimidad lo que no es sino resultado de un mero reparto de poder, asumido, avalado, y consentido, en que hay que replantearse la figura de los Vocales no electos, su necesidad, su derecho al voto, su marcado carácter político, en definitiva en una época en la que el Consejo Fiscal se nos ha descosido por todas sus costuras. Si no repensamos el Consejo ni toda la voluntad de Consejeros ajenos al lobby AF-UPF impedirá que, como le leí hace poco a una periodista a propósito del manido tema del Estatuto, estas castas con poder que nos dirigen terminen por adecuar las pocas normas que nos quedan para defendernos a unos términos que no les impida conservar su hegemonia… para empezar, como afirma Salva, han apartado (quitado, diría yo) al Consejo Fiscal de los fiscales
ResponderEliminarYo soy partidario de la valoración de méritos; pero si eso ha de incluir la militancia asociativa (como parece evidente que es el caso), prefiero mil veces la antiguedad. Al fin y al cabo, todos seremos antiguos algún día.
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